NARRATIVABREVE.COM ENTREVISTA A DOMINIQUE VERNAY JUILLET
No te quites la costra que te quedará marca (Amazon, 2013)
Dominique Vernay Juillet nació en 1953 en Chazelles-sur-Lyon, Francia, y reside desde hace varios años en Salinas, Asturias, donde trabaja como profesora de francés. Uno de sus relatos fue publicado en El País Semanal y otros tres emitidos en el espacio radiofónico La ventana de Millás (SER), dirigido entonces por Gemma Nierga. Ha ganado varios premios en certámenes literarios, es traductora del guión del cortometraje The Kiss, de Isaac Bazán Escobar (presentado en el Niemeyer Avilés Julio 2012), y coautora del libro In Crescendo (Anroart, 2012).
Estos días ha publicado en Amazon su primer libro en solitario, No te quites la costra que te quedará marca, una recopilación de sesenta relatos, por lo general muy cortos, que retratan la cotidianidad y los anhelos de sus personajes en un entorno principalmente familiar.
Hablamos con Dominique sobre la publicación de este libro, que fue “cocinado a fuego lento”.
Francisco Rodríguez Criado: dices que No te quites la costra que te quedará marca fue cocinado a fuego lento. ¿Cómo surgió el libro y cuál es la esencia que subyace en él?
Dominique Vernay: En el espacio de dos años nacían mis primeros nietos y moría mi padre. Nacimiento, muerte, los dos momentos claves de una vida y, en medio, instantes que devoras sin preocuparte demasiado por las migas que vas dejando en el camino. Este libro está hecho de migas de instantes que, por falta de tiempo, pereza o miedo, había preferido dar por perdidas debajo de oportunas alfombras. Sin embargo, un día, el exceso de migas hizo que tropezase, y al no encontrar más excusas para seguir ignorándolas, las recogí, las lijé y volví a darles cuerda.
F.R.C.: Aunque eres francesa, No te quites la costra que te quedará marca ha sido publicado en castellano. Me gustaría saber cómo fue el proceso, en términos lingüísticos, de redactar un libro en un idioma que no es tu lengua materna. ¿Tienes pensado hacer una versión en francés?
D.V.: Estoy inmersa en el castellano y me encuentro muy cómoda escribiendo en este idioma. Sin embargo, hay una cosa muy curiosa: si ante un folio en blanco me olvido de a quién irá dirigido lo que voy a redactar y la primera idea «saltadora» que me llega a la mente procede de mi parte francesa, la primera palabra que escribiré también lo será; si al contrario esa idea tiene más que ver con mi parte española, entonces será el castellano el que saldrá vencedor.
Cuando me empezó a tentar la idea de este libro, decidí hacerlo en castellano porque llevaba ya años trabajando el microrrelato en este idioma, pero, aun así, tengo que vigilar de muy cerca esos giros con regusto a antaño, que al menor descuido se cuelan en mis textos.
No, no creo que haga una versión en francés de este libro. Me he propuesto escribir más en francés, pero serán textos nuevos.
F.R.C.: El microrrelato es el género narrativo más de moda, al menos en la Red. Cada vez son más habituales los concursos de microrrelatos, desde hace años asentados en los medios de comunicación (prensa escrita y radiofónica). ¿Cómo nació tu interés por este género y de qué manera te han ayudado los certámenes literarios en tu carrera como escritora?
D.V.: Tardé unos cuantos años antes de poder disfrutar a fondo de cualquier tipo de lectura en castellano. Una vez logrado, me aficioné muy rápido a las columnas de ciertos autores en periódicos o revistas semanales: Manuel Vicent, Millás… Me fascinaba, me fascina cómo en tan pocas líneas pueden decir tanto y tomé la decisión de no obligarme nunca más a terminar de leer libros de muchas páginas y poco contenido. Luego, como tú lo decías, llegaron los concursos de microrrelatos, los talleres de creación literaria y los blogs. Sí, necesité tanto de unos como de otros para acercarme más a este género, para intentar escribir mis primeros textos, atreverme a compartirlos y entender que tenía mucho que aprender. Un buen día me enteré de que a alguien, que no era nadie de mis allegados, le había gustado lo que había escrito.
F.R.C.: Parece difícil hacer una valoración del libro digital. Para muchos es el futuro, pero también para muchos es el maligno que vendrá a poner fin a la comercialización del libro. ¿Qué opinión tienes sobre este asunto?
D.V.: Estoy segura de que el libro digital y el libro tradicional están hechos para convivir. Aparte del hecho de que sin libro digital no estaríamos hablando ahora de No te quites la costra que te quedará marca, conocemos todos las ventajas del e-book: comodidad para los desplazamientos y para la lectura en la cama, ahorro de espacio en estanterías de dimensiones limitadas y ahorro también de papel. Con el libro digital tal vez se podrá ver reducida la venta de libros de bolsillo, pero sabemos todos que nada nos va a impedir que compremos, en su versión papel y en una edición de calidad, el último libro de aquel autor que tanto nos gusta. El bolígrafo no supuso el fin de la pluma estilográfica, tampoco lo supondrá el libro digital para el libro de papel.
F.R.C.: Y para terminar, ¿podrías recomendarnos un cuento y/o un poema para los lectores de NarrativaBreve.com?
D.V.: Con mucho gusto, y será el cuento «María», del autor noruego Kjell Askildsen, que es, para mí, uno de los grandes dentro del minimalismo literario. Cuando sea «mayor» –que nadie se sonría– me gustaría escribir como él.
No te quites la costra que te dejará marca en Amazon
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Blog de Dominique Vernay Juliet
Título: No te quites la costra que te quedará marca
Autor: Dominique Vernay Juillet.
Editorial: Amazon
Formato: Versión Kindle
Tamaño del archivo: 498 KB
Vendido por: Amazon Media EU S.à r.l.
Idioma: Español
ASIN: B00B02HRFI
Precio: 2,68 euros.
Descripción del producto
«No te quites la costra que te quedará marca», contiene un trocito de mantequilla, cincuenta gramos de harina, una pizca de sal y un cuarto de litro de leche. Para algunos, estos ingredientes les recordarán la receta de la salsa bechamel. Sin embargo, para mí son ante todo los ingredientes de «El grumo», el último de los relatos que componen este libro, un libro cocinado a fuego lento, tal como lo requieren los buenos guisos.
Al empezar a escribir tenía una idea clara: encontrar una manera eficaz de evitar que se formaran aquellos molestos grumos que rompen la homogeneidad de las salsas, al igual que las ideas –con las que nos llenaron la cabeza– rompen la untuosa espiral del pensamiento que nos empeñamos en llamar libre. No lo he conseguido y, por eso, el lugar que le corresponde a «El grumo», uno de los relatos claves de esta obra, se encuentra en la última página.
Si bien no llegué a la meta, aprendí mucho en el camino, ya que, a la luz del microscopio que utilicé para comprobar de qué estaban hecho los grumos que nos hacen llorar, pude dar con aquellas ideas tan molestas a las que me refería unas líneas antes. Tienen patas, saltan, pican y cuando parece que te has librado de una, acuden mil más. Sus picaduras dejan heridas, que a su vez dejan costras que conviene no tocar o, por lo menos, eso es lo que nos dijeron y siguen diciéndonos: No te quites la costra que te quedará marca… ¿Y si por una vez no les hiciéramos caso?
A lo largo de estos sesenta relatos, el lector no necesitará efectos especiales ninguno para sentir, en sus propias carnes, el molesto picor de ideas castrantes y reductoras que hacen de nuestros mundos lo que son: mundo con horizontes de patios interiores. La mayoría de los relatos y microrrelatos –instantáneas en 3D– que hoy tengo el placer de compartir con ustedes son vivencias y recuerdos aderezados con un puñadito de humor, sarcasmo y delirio.
La edad de los protagonistas (infancia – adolescencia – edad adulta) irá guiando cada relato hacia la parte que le corresponde.
Atrévase conmigo… ¡Quitémonos la costra!
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