
Esta reseña de Me hallará la muerte, la última novela de Juan Manuel de Prada (Destino, 2012), fue publicada por vez primera en la revista mexicana Ombligo.
AMAR Y MEDRAR EN TIEMPOS REVUELTOS
Francisco Rodríguez Criado
Juan Manuel de Prada ha cosechado tantos premios en su carrera literaria que puede concederse otro más sin la intervención de un jurado externo: escribir con templanza, sin premura, ajeno a los plazos exigentes con los que el mercado editorial acostumbra a acogotar a los autores de éxito.
Cinco años –no menos– es el tiempo que se necesita para elaborar lo mismo un vino de gran reserva que una novela de cierta extensión. Y extensa (casi 600 páginas) es la novela que Juan Manuel de Prada, tras ese descanso de cinco años, acaba de publicar en Destino: Me hallará la muerte.
La novela, articulada en tres calas, en tres momentos bien diferenciados, es un viaje físico y emocional en los tiempos revueltos del Madrid de posguerra, con parada en los agrestes campos de batalla rusos. La primera estampa, de ambientación barojiana, arranca en 1942, cuando el personaje clave de la narración, un delincuente de poca monta llamado Antonio Expósito –el apellido no es casual–, menudea por el Parque del Retiro en compañía de su compinche Carmen, socia de trapicheos y primer icono sexual del relato.
Antonio, como ocurre con los personajes de las buenas novelas, sufre una transformación gradual –de nuevo física pero también emocional– que acabará por convertirlo, capricho de la casquivana y cruel vida, en un ser sin atributos predispuesto a suplantar la identidad de otro (o, bien mirado, a que otro suplante la suya). Víctima y verdugo, Antonio es maltratado una y otra vez por el látigo del azar, como también es maltratada la propia época con sus filias y sus fobias; y la única salida posible –la de Antonio, la de sus compañeros, la de las dos Españas– es la torpe y peligrosa huida hacia adelante.
Me hallará la muerte es un retrato tangencial del falangismo (por exceso o incluso por defecto) donde personajes bravucones e hiperbólicos, algunos idealistas y otros carentes de principios, sobreviven dándose cabezazos contra los muros de las ideologías y los daños colaterales de estas. Por la novela desfilan los estribillos de la época: el Cara al Sol, la División Azul, los rojos y los azules, los falangistas de la vieja guardia y los nuevos democristianos, los héroes y los villanos (tan difíciles de distinguir a veces), la muerte…
Pero si bien el fondo es histórico y como tal enmarca las malandanzas de Antonio en un tiempo y en un lugar muy concretos, los temas que en mi opinión subyacen en la narración (el afán de escalar socialmente y la arrolladora pulsión amorosa-sexual) se antojan señas de identidad propias del hombre –varón por lo general, pero no siempre– desde los tiempos de Atapuerca.
Me hallará la muerte, muy bien hilada y con un ritmo vibrante, nos ofrece un atractivo ramillete de personajes al límite que, al igual que ciertas ideologías triunfantes, no son lo que parecen a simple vista.
Con un lenguaje preciso y muy cuidado, amena (¿por qué se cita tan poco la amenidad cuando se habla de la narrativa de Juan Manuel de Prada?) y sustentada en un gran trabajo de documentación, Me hallará la muerte supone un proteico mural de esas personas en perpetua batalla –contra el prójimo y contra sí mismos– que se afanan en amar y medrar peligrosamente en tiempos revueltos, que son los de siempre.
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Ficha técnica
Editorial: Destino
Colección: Áncora & Delfín
Fecha de publicación: 08/11/2012
592 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-233-3921-1
Código: 10010543
Formato: 13,3 x 23 cm.
Lomo 1246
Presentación: Rústica con solapas
Francisco Rodríguez Criado es escritor y editor de NarrativaBreve.com