
LAS MALAS EXPERIENCIAS
Si la experiencia es un grado, como reza el refranero español, tal vez habría que convenir que el partido del próximo sábado entre el Real Madrid y el Barça ya se ha jugado. Las competiciones de los últimos años y los agoreros nos han enseñado que el futuro de este Real Madrid ofuscado con el presente ya fue sellado en el pasado. Todo suena a déjà vu. Aceptemos de mala gana que lo que puede ocurrir en el Camp Nou ya ha ocurrido: la victoria del Barça, los goles de Messi, los no-goles de Cristiano Ronaldo, el juego sucio de Pepe, las declaraciones de Mou contra el árbitro de turno, los gestos faltones de Piquer, la expulsión de un jugador del Real Madrid, las mofas de los culés, etcétera.
El partido más importante de esta temporada, ay, ya lo hemos visto en las temporadas anteriores. Es siempre el mismo encuentro: los azulgranas se imponen a los blancos, que de pura desesperación acaban dudando si dedicarse al baseball o meterse monjas. Oscar Wilde dijo que la experiencia es el nombre que todos dan a sus propios errores, y el Real Madrid en su debacle contra el Barça de los últimos tiempos acumula demasiada experiencia y demasiados errores.
Pero las malas experiencias también son un grado. Nos lo enseñó el fabulista Fedro: un hombre de experiencia sabe más que un adivino. Los jugadores de Mou, para contrariar las predicciones de tanto adivino, están obligados a convertir las malas experiencias pasadas en goles. El sábado puede ser ese día en que Cristiano haga de Messi y Messi de Cristiano y el madridismo se libere de una vez por todas de la maldición culé. Al fin y al cabo, soñar no cuesta dinero.
(Artículo publicado en El Periódico Extremadura el miércoles,18 de abril de 2012).