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EPITAFIO DE UNA PERRA DE CAZA
(cuento)
Petronio (Escritor latino de principios del S. I, muerto el año 66)
La Galia me vio nacer, la Conca me dio el nombre de su fecundo manantial, nombre que yo merecía por mi belleza. Sabía correr, sin ningún temor, a través de los más espesos bosques, y perseguir por las colinas al erizado jabalí. Nunca las sólidas ataduras cautivaron mi libertad; nunca mi cuerpo, blanco como la nieve, fue marcado por la huella de los golpes. Descansaba cómodamente en el regazo de mi dueño o de mi dueña y mi cuerpo fatigado dormía en un lecho que me habían preparado amorosamente. Aunque sin el don de la palabra, sabía hacerme comprender mejor que ningún otro de mis semejantes; y, sin embargo, ninguna persona temió mis ladridos.
¡Madre desdichada! La muerte me alcanzó al dar a luz a mis hijos. Y, ahora, un estrecho mármol cubre la tierra en donde descanso.
Comentario
Cayo Petronio Arbiter, es una figura del mundo romano y de la Literatura Latina sobre la que se ha discutido apasionadamente desde hace largo tiempo. Lo que sabemos de él se debe sobre todo al historiador romano Tácito que le llamó elegantiae arbiter («árbitro de la elegancia») y cuenta que fue un hombre dotado de grandes facultades y que su sentido de la elegancia, del buen gusto y el lujo lo convirtieron en organizador de muchos de los espectáculos que tenían lugar en la corte de Nerón. Acusado de haber participado en una conjura contra el Emperador, se suicidó abriéndose las venas, no sin antes remitirle una relación detallada de todas y cada una de las tropelías que Nerón había cometido desde su subida al poder. Se le atribuye una novela satírica titulada el Satiricon de la que solamente se conservan algunos fragmentos en los que con una extraordinaria riqueza de léxico y un excelente dominio de la prosa latina, se narran costumbres romanas de la época, algunas declaradamente obscenas.
El «Epitafio de una perra de caza», un texto atribuido a Petronio aunque no perteneciente al Satiricón, es un hermoso y conmovedor relato lírico-narrativo en primera persona, estructurado en dos partes: en la primera, la perra de caza describe sus cualidades y su vida gozosa en compañía de sus amos. En la segunda, con intensa y dramática brevedad, notifica su muerte al dar a luz a sus hijos y —en contraste con la primera parte— su situación actual bajo la tierra, cubierta con un estrecho mármol, cuyo epitafio son sus propias palabras.
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