
En los últimos tiempos la palabra «desahucio» está tristemente de moda. Y, por si fuera poco, «deshaucio» también. ¿Cuál es la correcta? La primera: «desahucio». Nos lo explican en este texto de Román Paladino, en la sección de Ortografía. La mejor manera, concluye el autor o autora del texto, es analizar la etimología de la palabra. Fácil, ¿verdad? ¿O quizá no tanto…?
38. Contra el desahucio, etimología
«El día 16 de junio de 1996, a este periódico se le deslizó el siguiente titular: «Caminero evita el deshaucio de España» Escribir desahuciar y sus derivados con la -h- desplazada tras la -s- constituye una de esas faltas de ortografía recalcitrantes. Para erradicar esta evidente contumacia en el error, nada mejor que conocer la génesis del vocablo, su etimología; sólo ella nos explicará por qué la -h- debe colocarse precisamente entre la -a- y la -u.
La palabra madre de esta familia léxica es fiducia, que en latín significaba ‘confianza’. Por la vía culta la adoptó el castellano sin modificaciones y así fiducia figura todavía en el vigente DRAE, aunque con la apostilla de «anticuada»; muy vivo, sin embargo, está hoy su adjetivo derivado fiduciario, con cuatro acepciones académicas relacionadas con el mundo del derecho y el de las finanzas. Por la vía vernácula normal, fiducia experimentó sucesivas alteraciones y variantes hasta fijarse en hucia (fiducia >fiuzia >fuzia >hucia), término que, así mismo, todavía recoge el DRAE del ’92 definiéndolo como ‘fianza, aval, confianza’, si bien también lo tilda de «anticuado»
Cuando el español forma verbos a partir de sustantivos, suele aumentar la raíz de éstos con una a- inicial; así se obtiene de montón amontonar, de viento aventar o de huevo ahuevar. Siguiendo este procedimiento, de hucia se creó ahuciar, que, con el estigma de «antiguo», aún aparece en el DRAE actual definido como ‘esperanzar o dar confianza’. Para expresar el significado de ‘desesperanzar o retirar la confianza’ sólo hay que anteponerle el prefijo privativo des-, el mismo que encontramos endesahogar, desahijar o desahumar.
¿Por qué, sin embargo, se incurre tanto en *deshauciar o *deshaucio? En primer lugar, por el desuso y consiguiente desconocimiento de huciay ahuciar que hace opaca la composición de desahuciar, frente a la transparencia compositiva de, por ejemplo, desahumar. Y, en segundo lugar, por la analogía o contagio que nuestra familia léxica sufre respecto de los muchos vocablos usuales que el castellano posee formados mediante la anteposición del prefijo des- a un término que comienza porh-, tales como deshacer, deshonrar, deshinchar, deshielo…
Si usted es una de esas personas que manifiestan problemas ortográficos con estas palabras, no se desahucie, que lo suyo tiene fácil solución; simplemente recuerde: de fiducia, hucia; de hucia, ahuciar y, por lo tanto, de ahuciar, desahuciar. Lógico, ¿no?».