
EL ARTÍCULO PROHIBIDO
Francisco Rodríguez Criado
Los lectores que me siguen –pocos, imagino– saben que en esta esquina de prensa he escrito con dispersión y a veces con insistencia sobre temas y personajes como el fútbol, el cine, la política, el lenguaje, las bodas, Ciconia, la Navidad, la televisión, Mourinho, Cristiano, Esperanza Aguirre, ZP, Rajoy, Dostoievski, Paul Newman, Zsa Zsa Gabor…. En algo y en alguien había que centrar la pluma para cubrir 52 textos anuales. Si multiplicamos esos 52 artículos por 4 temporadas concluyo que en 208 ocasiones me he visto refrenado de escribir el artículo que verdaderamente me hubiera gustado parir, ese con el que festejar el final de la crisis económica. Mi gozo en un pozo.
Descubro ahora que en una columna de prensa no escribe uno lo que quiere sino lo que le dejan las circunstancias, y estas, hoy día, nos tienen maniatados.
He perdido incluso la alegría de dejar constancia, negro sobre blanco, de mis neuras y achaques, porque ¿qué sentido tendría hacerlo cuando el país, todo el país, se encuentra neurótico y achacoso? Aunque parezca paradójico, justo ahora que vivimos bajo una asfixiante depresión nacional es cuando se me quitan las ganas de sentirme deprimido. ¿Quién podría socorrerme cuando están todos tan hundidos como yo?
Esto ya no es depresión, es ansiedad acumulada. La ansiedad de abrir el periódico, sintonizar la radio o encender el televisor para toparme una vez más, una semana más, con el drama de que el artículo que quisiera redactar, el del fin de la crisis, sigue estando prohibido. Habrá que seguir buscando temas con los que olvidar que –parafraseando a Larra– vivir en España es llorar.
Artículo publicado en El Periódico Extremadura el 23 de junio de 2012.