
MI RELOJ
Francisco Montero
Tengo un reloj que cambia con el tiempo, meteorológico, quiero decir.
En verano, trotón y ligero. No hay quien lo pare. Sus agujas son como plumas de ave. ¡El tiempo vuela!
En invierno se vuelve plomizo y perezoso. No consigo que se anime con el calor de las llamas en el hogar.
Lleva tanto tiempo en casa –años, me refiero-, que le creo capaz de latir al mismo compás conmigo. No hay intención alguna en él de marcharse y dejarlo a mi cuidado. Supongo. No es mi reloj tan cuco como eso.
Related posts:
(Nota: narrativabreve.com participa en el programa de afiliados de Amazon, y como tal se lleva una pequeña comisión por cada compra que el cliente haga en Amazon después de entrar por alguno de nuestros enlaces).