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Walt Whitman. Fuente de la imagen (1819-1892) |
«Emerson, una persona siempre en busca de la moderación y no dado a las revoluciones, vio madera de poeta en aquel desconocido provocador. Le mandó una carta entusiasta y recomendó el libro a amigos influyentes dentro del mundo de la cultura. Walt no respetó la confidencia y se la hizo llegar al New York Times. A Emerson no le gustó nada, pero no lo manifestó. En la misma cabecera, un joven crítico machacó el volumen acusándolo de burdo y grotesco. No fue ésta la única crítica negativa y burlona. Emerson, en el fondo un gran puritano, un conservador de pensamiento, a diferencia de otros muchos «progresistas» y «modernos», tuvo la intuición de conocer el valor de aquel sujeto dudoso. La moral del poeta lo perturbaba. Alguien dijo que a aquellos poemas les faltaban «hojas de parra», quizás también Emerson compartía esta opinión de intenciones más que bromistas. Thoreau, un avanzado anarquista, también encontró algunos poemas desagradables por su desmedida sensualidad. Thoreau creía en la pureza del amor mientras que Whitman ensalzaba lo impuro».
César Antonio Molina, Donde la eternidad envejece (Destino, 2012), p. 456.
Poemas de Walt Whitman
«No te detengas», de Walt Whitman, recomendado por Alma Leonor.
Cuando leí el libro”, de Walt Whitman, recomendado por Victoria Pelayo.