Qué me van a contar a mí las palabras
Qué me van a contar a mí las palabras
si gerundio no está gerundeando,
si el verbo no es res sin verba,
si el predicado no predica la ausencia
de un sujeto que no es capaz de sujetar la calma
que buscan mis manos.
Si la preposición no esconde proposiciones indecentes,
si el adjetivo no califica lo que pienso,
si el sustantivo, esta palabra,
no es más que un tremendo eco
que golpea contra este papel en blanco
y me devuelve una nada más vacía
que mi absurda creencia en las palabras.
El infinito empieza en ti y acaba en mí
Ponerle posesivos a tu cuerpo
es como aquel viejo refrán
sobre campos y puertas.
Ya sabes, amor, imposible.
Yo que todo lo nombro,
que delimito fronteras
entre la mujer que invento y creo ser,
me quedo muda anta el mapa de tus poros.
Cómo explicarte que nada es mío,
que el vértigo imposibilita
cualquier teoría conspiratoria
sobre la soberanía de tu piel.
Cómo explicarte que no son títulos
lo que en ti busco,
sino tu esencia más pura,
la paz de tus gestos,
la risa indulgente.
Ponerle posesivos a tu cuerpo
es imposible, amor,
pero hacernos infinitos
no nos costará nada.
Déjame que te explique.
Victoria Mera, Rutas de vuelo, Ediciones Oblicuas, 2013.
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