
CRISTIANO, UN GRAN MILITAR
Francisco Rodríguez Criado
Durante meses se ha especulado sobre los parámetros que manejan los jueces a la hora de elegir al Balón de Oro. Ahora que el premio ha recaído en Cristiano Ronaldo, sabemos que se lo entregan al mejor jugador del mundo. El portugués ha sido el número uno en 2013. Ha sido el mejor y el más serio, y en esto último, en seriedad, le gana también a ese grandísimo jugador que es Leo Messi, quien a tener en cuenta su escandaloso trajecito (¿rojo?, ¿fucsia?, ¿rosa?) se diría que acudió a una gala no de futbolistas sino de los payasos de la tele.
Mientras el mundo conspiraba contra Cristiano Ronaldo, él se ha dedicado a fabricar lo que más le gusta: goles. Y lo ha hecho en silencio, aguantando las invectivas presuntamente graciosas del presidente de la FIFA Joseph Blatter, un señor que de puro chocheo confunde churras con merinas. Cristiano ha aguantado en silencio críticas fuera de su club (algo comprensible), pero también en su seno, donde no se le perdonaba su molesta tendencia –afortunadamente cosa del pasado– a meter la pata en cuanto decía una palabra.
En su pantomima bochornosa, Blatter comparó a Cristiano con un militar, y el genio luso se lo tomó tan a pecho que decidió comportarse como un gran militar: haciendo todo el ruido posible en el campo de batalla y alimentando el silencio fuera de él.
Cristiano se ha reinventado. Ha aprendido a comportarse dentro del campo y a no inflamar los ánimos fuera de él. Hasta el propio Messi estará de acuerdo en que el Balón de Oro se lo ha llevado el mejor jugador del mundo, una máquina técnicamente perfecta a quien solo le faltaba aprender a cerrar la boca.
(Artículo publicado en El Periódico Extremadura el miércoles, 15 de enero de 2014).
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