
Los mejores 1001 poemas de la Historia: “La desaparición de una familia”, de Juan Luis Martínez
El chileno Miguel Ramírez Cortés es periodista, profesor de talleres de escritura creativa en universidades y centros culturales, y ha escrito ensayos para Patrimonio Cultural (Q.E.P.D), revista de la Biblioteca Nacional de Chile.
Para esta sección nos acerca a la poesía de Juan Luis Martínez (se explica a continuación el motivo de tachar su firma), un poeta y artista visual chileno.
Juan Luis Martínez(1942-1993), poeta y artista visual chileno, fue autor de una reducida obra poético-visual de considerable valor. Uno de sus libros, “La Nueva Novela” (1977), es un libro-objeto en donde se funde intertextualidad, filosofía, humor, lógica con el lenguaje poético y la construcción visual. En el sitio dedicado a él, leemos: “Juan Luis Martínez sentía que no era dueño del lenguaje que componía su obra y por eso tachaba su nombre. Decía: ‘no soy yo el autor de nada, el lenguaje le pertenece a todo el mundo, yo sólo lo ordené de una manera, pero esto lo podría haber hecho cualquiera’. Martínez escribe su propio nombre, pero luego lo tacha, lo elimina, lo borra: el sujeto desaparece, el ego no tiene cabida posible. La Nueva Novela es una obra plural escrita por muchos, como en tiempos medievales. El ideario poético con el que Juan Luis Martínez aparece comprometido es el de emanar una identidad velada, en sus palabras no sólo ser otro, sino escribir la obra de otro”.A continuación presentamos La desaparición de una familia, parte de La Nueva Novela.
Miguel Ramírez Cortés
LA DESAPARICIÓN DE UNA FAMILIA
(poema)
Juan Luis Martínez
1. Antes que su hija de 5 años
se extraviara entre el comedor y la cocina,
él le había advertido: «-Esta casa no es grande ni pequeña,
pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza».
2. Antes que su hijo de 10 años se extraviara
entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,
él le había advertido: «-Esta, la casa en que vives,
no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello
y ancha tal vez como la aurora,
pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza».
3. Antes que «Musch» y «Gurba», los gatos de la casa,
desaparecieran en el living
entre unos almohadones y un Buddha de porcelana,
él les había advertido:
«-Esta casa que hemos compartido durante tantos años
es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo,
pero, estad vigilantes
porque al menor descuido confundiréis las señales de ruta
y de esta vida al fin, habréis perdido toda esperanza».
4. Antes que «Sogol», su pequeño fox-terrier, desapareciera
en el séptimo peldaño de la escalera hacia el 2º piso,
él le había dicho: «-Cuidado viejo camarada mío,
por las ventanas de esta casa entra el tiempo,
por las puertas sale el espacio;
al menor descuido ya no escucharás las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza».
5. Ese último día, antes que él mismo se extraviara
entre el desayuno y la hora del té,
advirtió para sus adentros:
«-Ahora que el tiempo se ha muerto
y el espacio agoniza en la cama de mi mujer,
desearía decir a los próximos que vienen,
que en esta casa miserable
nunca hubo ruta ni señal alguna
y de esta vida al fin, he perdido toda esperanza».
Fuente: Letras.s5.com
Sobre el autor:
Juan Luis, o Juan de Dios, es un poeta cuántico, pero él jamás lo supo.
Juan Luis Martinez desconoció, o mejor dicho, conoció cuando muere la poesía. Lo hizo saber tirando de un mantel, de una mesa, donde solo habían poetas. Arrancó en su moto con un cadáver, la poesía…
En ése momento nace la poesía cuántica, esa que hace pasar una célula por dos agujeros a la vez, sin que se divida la célula.
Hoy o ma-nana, te lo enseno.
La creación literaria es tan infinita como un agujero negro del tamano de la cabeza de un alfiler.