
POLÍTICA Y ADULTERIO
Dos cosas caracterizan a los presidentes de gobierno y primeros ministros: la presión inherente al cargo político y la tendencia a mantener relaciones extramatrimoniales con las que tratar de aliviar esa presión. La lista de presidentes varones que han compaginado los sinsabores de la política con los de la infidelidad es interminable. El más famoso es John F. Kennedy, pero no le van a la zaga otros como Clinton, Berlusconi, Sarkozy, Putin, ahora Hollande… Se diría que no hay un solo presidente que se haya librado de frecuentar lechos pecaminosos excepto George Bush, tan ocupado haciendo la guerra que no encontró tiempo para hacer el amor.
No envidio a los líderes de este planeta: no sé qué desgasta más, si la política o irse de picos pardos. Debe de ser agotador moverse entre los asuntos de Estado y el adulterio mientras una reala de paparazzi afina maliciosamente el visor de sus cámaras fotográficas. Más que condenarles deberíamos sentir compasión por estos gigantes con pies de barro que se obstinan en perderse en los peligrosos meandros de la política y del amor, cenagales de los que nadie sale vivo.
Al margen de los rumores, parece que los políticos españoles no son, comparativamente, tan infieles. Les faltará tiempo o ganas, o quizá directamente falla el interés por parte de nuestras mujeres en compartir nocturnidad y alevosía con hombres tan anodinos.
Algunos defienden el derecho de los políticos a gestionar sin intromisiones su parcela de privacidad. Yo mismo apoyaría ese derecho a equivocarse en la intimidad si de vez en cuando acertaran en el desempeño de sus actividades públicas.
(Artículo publicado en El Periódico Extremadura el miércoles, 22 de enero de 2014).
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Libros de Francisco Rodríguez Criado
Claro que detrás de esos emblemáticos casos hay muchos más, Francisco, dáte un recorrido por Centroamérica y verás cuanto material para tus reportajes como periodista o para tus cuentos, te felicito por lo puntual de tu blog, Saludos y éxitos.