
A LA DERIVA
(microrrelato)
Manuel Pastrana Lozano
El Doctor improvisa una arenga encendida. Y surgen de pronto palabrotas soeces de la jerga marinera, trifulcas, recuerdos de un mar traicionero, de embarcaciones perdidas. El guía, incapaz de controlar la batahola y el naufragio inminente, amenaza a los amotinados con escarmiento severo. Regresan entonces a sus camarotes. Se escuchan voces.
Robinson:
-¡Tierra a la vista!
Simbad:
-¿Y dónde la viste?
El Médico ajusta su gorra de capitán, pone sobre la repisa la botella con el barquito en su interior…y continúa remando en el mascarón de proa de su barco imaginario…navegando hacia oleajes imprevistos… a la deriva interminable.
El sanatorio ahora está calmo, silencioso.