
Microrrelato de José Luis García Martín: Los muertos plagiarios
Hace algunos meses vino a visitarme un joven y desconocido para leerme, como desgraciadamente se acostumbra, algunos cuentos suyos. Apenas escuché uno, tuve que decirle que el comienzo, la terminación y buena parte del desarrollo los conocía ya por haberlos leído en Oscar Wilde. El ingenuo principiante no se lo tomó a mal y exclamó:
–¡Es curioso que a Oscar Wilde se le hayan ocurrido las mismas cosas que a mí!
–Ciertamente –añadí yo–, los mayores ilustres tienen esa mala costumbre. Son nuestros mayores plagiarios.
…
José Luis García Martín, Mentiras verdaderas, Llibros del Pexe, Gijón, 1999.
Lo peor de todo es la carencia de originalidad, ideas e ingenio que mueve a algunos a recoger cosechas de otros. A mi me suele ocurrir por ejemplo ver mis cosas en relatos como este, porque ya escribí uno hace tiempo con la misma
idea, la de los difuntos plagiados y
«plagiarios» en mi relato » Yo conocí a
Bolaño», donde irónicamente Bolaño me «plagiaba». Y es que es un tema recurrente cuando escasean la ideas propias, verdad?
Disculpas por mi comentario anterior, fue un malentendido tremendo…
Saludos
Perdón por mi ignorancia. ¿De quién se queja el señor García Ortuño por el plagio? ¿Qué plagio? ¿Porqué y a quién pide disculpas por su comentario anterior? s