Me gustaría que publicaras un poema que siempre que lo leo me hace llorar, tal vez porque San Juan de la Cruz es un poeta que me gusta mucho por su espiritualidad. Se trata de «Yepes Cocktail». Me parece que José Hierro borda en pocas palabras la lástima que nos provoca la espiritualidad de muchos poetas, escritores y gente buena cuando vemos que no ha servido ni sirve para nada en un mundo como el que tenemos. Cuántas veces pienso en esto con pena, sobre todo ahora que estoy leyendo a Tolstói.
YEPES COCKTAIL
José Hierro
Juan de la Cruz, dime si merecía
la pena descolgarte, por la noche,
de tu prisión al Tajo, ser herido
por las palabras y las disciplinas,
soportar corazones, bocas, ojos
rigurosos, beber la soledad…
-¡Otro whisky? …
La pelirroja
-caderas anchas, ojos verdes-
ofrece ginebra a un amigo.
hombros y pechos le palpitan
en el reír. ¡Oh llama de amor viva,
que dulcemente hieres!…
Junto al embajador de China.
detrás de la cantante sueca,
del agregado militar
de Estados Unidos de América.
Juan de la Cruz bebe un licor
de luz de miel…
(Dime si merecía
la pena, Juan de Yepes, vadear
20 noches, llagas, olvidos, hielos, hierros,
adentrar en la nada el cuerpo, hacer
que de él nacieran las palabras vivas,
en silencio y tristeza, Juan de Yepes…
Amor, llama, palabras: poesía,
tiempo abolido… Di si merecía
la pena para esto…)
El aplaudido
autor con el puro del éxito,
la amiguita del productor
velando su pudor de nylon.
las mejillas que se aproximan
femeninamente: «Mi rouge
mancha, preciosa…» (Mancha amor
cuando en las bocas no hay amor.)
(Juan de la Cruz, dime si merecía
la pena padecer con fuego y sombra,
beber los zumos de la pesadumbre,
batir la carne contra el yunque, Juan
de Yepes, para esto… Vagabundo
por el amor, y huérfano de amor…)
Incluido en Libro de las alucinaciones, 1964