
NADA
Juan Pardo Vidal
(cuento)
Nadar siempre. Una brazada tras otra, un largo tras otro, nadar y perder la cuenta, no conocer la distancia recorrida, ni el propósito, ni el tiempo, nadar, piscina corta, una patada tras otra, sin un objetivo, sólo porque sí, nadar para no ir a ninguna parte, no nadar para cruzar el estrecho y salir en la tele, ni para ir a la Olimpiada, ni para ver a tu amada, no nadar como Leandro cruzando el Helesponto, nadar sin motivo, no para ponerse en forma, no para definir algo inútil, nadar gordo o flaco, nadar hasta la náusea, nadar como se escribe poesía, nadar produce tristeza, escribir poesía produce tristeza, nadar es escribir poesía, correr es escribir prosa, nadar es mirar esas extrañas ascuas que titilan en el fondo de la piscina, perseguirlas inútilmente, maldecir las gafas, entra agua, nadar y hacer la lista de la compra, unas gafas nuevas, antivaho, hacer un esquema del día, hacer un esquema de la vida, hacer un esquema de todo lo que no ha pasado en la vida, nadar, pensar en esto y en aquello, una brazada tras otra, piscina corta, media vuelta, patada, nadar despacio, si la calle de al lado nada más rápido no salir del vaso hasta que él se rinda, hasta que él se vaya, puede nadar más rápido pero no nadará más tiempo, no flaquear, tener toda la vida por delante para seguir nadando, nadar sólo para nadar más tiempo que él, con más sinrazón que nadie, con menos objetivos que nadie, cuarenta y cinco minutos, no sé cuántos largos, piscina corta, diez mil millones de giros, billones de brazadas y de mundos, mil pensamientos y sueños, nadar para nada, nada, nadar porque sí, porque no se puede hacer otra cosa, porque siempre has nadado, levantar la cabeza y ver el reloj roto, y seguir un poco más, mierda de gafas, nadar sin oír música, nadar a solas, los oídos taponados, acordarse del padre, padre también nadaba, padre nadaba mariposa como una bestia, daba miedo verlo, nunca aprendí a nadar mariposa así, padre estaría orgulloso si me viera nadar crol, nadar es saber que no estás en tu mundo, nadar es ser un extraño lejos de casa, ser un astronauta, estar en la Luna o en Babia, nadar por eso, y salir, ducharse, y preguntarse que para qué ducharse, tal vez por el cloro, no recordar a qué te suena la palabra «cloro», nadar por culpa de la memoria, repetir mentalmente la letanía: flúor, cloro, bromo, yodo y astato, 1,3,5,7, será por eso, nadar por culpa de la memoria, y quien dice nadar, dice escribir.
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Juan Pardo Vidal. Almería, 1967. Es filólogo y educador social. Ha publicado los libros de poemas La mujer sin brazos, Poemas de amor a una piedra y Poesía para insensibles, así como los libros de relatos Tus muertos y 35 maneras de sentirse solo, y la novela corta La luz de la mesita. Su obra aparece en diversas antologías y revistas.