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Aunque Eladio Orta es más conocido como poeta, también ha escrito algunos textos narrativos. Extraemos este relato de una de sus primeras publicaciones: Los cuadernos del Tío Prudencio (Crecida, 1992).
María Carvajal
A MI SOBRINO PRUDENCIO
Eladio Orta
(relato)
CARTA PRIMERA
Sobrino, te lego estos cuadernos literarios para que los manosees con tus manos de poeta, hirviente en la mezcolanza de urbanita y ruralita. Quién mejor que tú para guardarlos o pulirlos, tú que tuviste la suerte de salir fuera de la Isla y comerte la cultura que se respiraba por aquellos años del despegue político. Tu tío Prudencio está tumbado en la cama como el mirlo herido de la arboleda y quizás cuando vuelvas esté más chupado que la vaca que tuvo que rematar el Tío Paco el Cano porque se había quedado sin dientes y no podía masticar la hierba.
No sé si las cosas que escribo atraerán al hombre de ciudad; quizás la cultura actual haya tomado otros derroteros y las cosas sencillas, las historias que relatan las luchas campesinas por la supervivencia ante los fenómenos naturales (entre otras clases de fenómenos) y las maniobras especuladoras del régimen para quedarse con las tierras no interese a nadie. Hace tantos años que me he retirado de la vida pública y me he encerrado entre estas cuatro paredes de agua, que no tengo la más mínima idea del nuevo giro que han tomado los movimientos sociales y culturales.
Pero mira, sobrino, le he dejado esta carta a tu madre y le he entregado las cosillas en una carpeta roja y, eso sí, espero que vuelvas para mi entierro, porque parece que no les convenció la idea de enterrarme en la tumba que construí con mis propios brazos. Ellos no entienden que defender la Isla, con todas sus consecuencias, es morir en ella y ser enterrado en sus arenas. Eso es demasiado fuerte para ellos. Aunque me han respetado en vida, me han consentido todas mis locuras en silencio y apenas algunas veces se han reído por lo bajo, ahora no tengo fuerzas para convencerles y estoy atrapado en sus propias decisiones. No soy nadie, sobrino, peso menos que un palillo escarbadientes y, por tantas cosas que ahora me cuesta traerlas al papel y exponértelas, casi te exijo que vuelvas para enterrar a tu tío. Sólo en ti confío en esta calmosa hora. Mi cuerpo es una patera en altamar en un día caluroso de verano, con los remos derretidos por el sol y atrapado en una corriente de agua discontinua.
Espero que vuelvas y abras la carpeta y leas el relato en el cual escribo sobre la tumba que tú tanto has espiado entre las retamas de Soler sin atreverte a acercarte a ella. Ah, pillín, tu tío te cogió más de una tarde escondido en sus alrededores… La luna crece como una maldita bola de fuego, algunas noches la miro por la ventana y comprendo que mi cuerpo aguantará hasta que reviente en lo alto. Qué mejor forma de morir que mirando la luna como revienta en tus labios y con la tranquilidad de conciencia por ser enterrado en la Isla.
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Eladio Orta nació en Isla Canela, Ayamonte (Huelva, España). Es poeta y activista ecológico involucrado, sobre todo, en la conservación de las marismas, y defensor y protector de las zonas costeras. Su obra está plagada de imágenes en las que la lucha por preservar la naturaleza en su estado puro se abre camino a través de la palabra. Su publicación más reciente es el poemario Ridiculum Vitae (Amargord Ediciones, 2014)
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