
ADÁN Y EVA
José Sánchez Silva
(microrrelato)
Eva, recién nacida, estaba reclinada sobre Adán debajo de un árbol, porque llovía. El hombre, tan joven, dejaba correr las gotas por sus mejillas imberbes. Cerca de ellos, el agua se había ido depositando en una pequeña depresión de la tierra. Eva lo descubrió de pronto y dijo:
–Mira.
Miraron juntos y ella vio su propio rostro reflejado, pero, como aún no se reconocía y amaba ya tanto al hombre, añadió, maravillada:
–¡Eres tú!
(ABC, domingo 12 de julio de 1959)
Cuentos católicos en Señor Breve