
La narrativa pueblerina y rural de Óscar Castro
Solo alcanzó a vivir 37 años. Una tuberculosis incurable en su época lo llevó a la tumba cuando su carrera como escritor estaba alcanzando las alturas que su talento merecía. Oscar Castro Zúñiga, nacido en la ciudad de Rancagua (Chile) el 25 de marzo de 1910, no tuvo una infancia feliz. A los 13 años su padre los abandonó a él, a su madre, y hermanos. Firma sus primeros poemas como “Raúl Gris”. En 1934 muere su hermano Javier. Ese mismo año funda junto a otros escritores rancaguinos el grupo literario “Los Inútiles”. Allí están Nicomedes Guzmán, el más grande escritor obrero chileno, y Agustín Zumaeta, entre muchos. En 1935 se casa en contra de la voluntad de su madre con la poetisa Ernestina Zúñiga, más conocida como Isolda Pradel. La fama lo alcanza en 1936 cuando escribe un responso en homenaje al poeta Federico García Lorca. Tres años después una editorial argentina publica sus cuentos. En Chile empiezan a interesarse en sus relatos e historias, marcados por un sesgo pueblerino y campesino, donde alternan mineros, empleados de poca monta, sirvientas, prostitutas y bandoleros. En 1945 la desgracia lo persigue cuando muere su pequeña hija de once meses, Leticia Esmeralda. Ese mismo año le diagnostican la tuberculosis que dos años después le llevaría a la muerte.
Óscar Castro es autor de varios libros de poemas y de cuentos y de las novelas Huellas en la tierra (1940), Llampo de sangre (1950), Comarca del jazmín (1945), La vida simplemente (1951), Lina y su sombra, Lucero, y El valle de la montaña (póstuma, 1967). El liceo más importante de Rancagua lleva su nombre.
De su poco extensa producción literaria, debido a su breve existencia, hemos seleccionado el cuento “Don Beño”, un relato con aires campesinos, y con claras referencias al bandolerismo de su región.
Cuento de Óscar Castro: Don Beño
Ernesto Bustos Garrido (Santiago de Chile) es periodista de la Universidad de Chile, donde impartió clases así como en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad Diego Portales. Ha trabajado en diversos medios informativos, fundamentalmente en La Tercera de la Hora. Fue editor y propietario de las revistas Sólo Pesca y Cazar&Pescar.
Amante de los viajes y de la escritura, admira a Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Nicanor Parra, Vicente Huidobro, Francisco Coloane, Ernest Hemingway, Cervantes, Vicente Blasco Ibáñez, Pérez Galdón, Ramiro Pinilla, Vargas Llosa, García Márquez, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo.