Poema de Raúl Campoy Guillén: Nos devanó ayer un diálogo

Poema, Raúl Campoy Guillén, Nos devanó ayer un diálogo
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Poema de Raúl Campoy Guillén: Nos devanó ayer un diálogo

 

Nos devanó ayer un diálogo
como a una rama quebrada.
Te bebíamos entre jureles de humo,
en una nocturnidad
cada vez más gimnástica por el frío.
Pero tú nos alejabas del frío
con tu lánguida carátula calórica.
Ardíamos en ojos hasta
temporizarnos  en el segundero de los iris.
Ojalá, decía tú.
Ojalá, decía yo.

Pero ninguno de los dos nombró
la palabra ojalá.
Y ya no hablábamos, palabrábamos.
Y pasamos de sentirnos a resentirnos.
Y la euforia era una fruta fresca muy discantada.
Y suavemente
cayó hacia el suelo la invisibilidad magullada
que dejamos en el salón
después de las copas.

Esa es
             la intensidad que das.

Dices que el amor se transforma en
una sencillísima narrativa.
Que la pasión se acaba.
Que se acaba la pasión
porque la pasión se acaba.
¿La pasión se acaba?
¿No será la pasión por buscarla lo que acaba?

La pasión es un momento en un momento.
Puede que hoy te odie
porque cuando se ama
también se odia.
Puede que hoy necesite estar solo
en una música derrumbada y venosa.
Pero yo sí busco la pasión de apasionarte,
la pasión de carrillos flojos, la pasión
en la sin pasión.
A veces estando en la pasión te digo:
Mujer,
abrázame como una primavera retenida.
O te hablo de los montes que no existen
para que en ti sí existan.
La pasión no se acaba.
Por eso también bebo,
ese es el problema o la virtud.
Por eso también bebemos.
La pasión por beber
nos lleva a la pasión por no beber. Pasiones.
Sus efectos producen una pasión,
su pasión produce unos efectos. Pasiones.
Lo importante:
estar bebido es la pasión por la ebriedad, no,
estar bebido es estar en la pasión.
La pasión es ebria no es sobria.
La pasión no es racional
y beber tampoco.
La pasión no es racional y por eso bebo,
porque no razono.
La pasión no se acaba
para los irracionales, no tendremos razón
pero la pasión no se nos acaba.
¿Y qué vida es mejor?
La racionalidad se pregunta estas cuestiones.
Yo solo me pregunto una:

¿Cuánto tiempo me durará la resaca
y la aprensividad para poder amarla otra vez
como lo hice anoche en el salón? 

ESA ES
   LA INTENSIDAD QUE DAS.

 

 

RAÚL CAMPOY GUILLÉN (Madrid, 1978) ha publicado Los dientes del reloj (Ed. Atlantis, 2008) y Donde casi amanece (Ed. CELYA, 1ª edición 2010, 2ª edición 2012).

Sus dos libros han sido seleccionados en listas (Qué leer, Madrid Press…) de los libros más destacados de poesía del mismo año en que salieron (2008 y 2010). Ha sido seleccionado como uno de los ganadores en el III Certamen del Día Internacional de la Poesía en Segovia 2012. 

Ha sido el ganador del Premio de Poesía Internacional “Sacra Leal Domínguez” 2012 y del XXVII Premio Nacional de Poesía de Moriles 2013.

Sus textos han sido publicados en numerosas revistas de ámbito nacional e internacional, así como en numerosas antologías nacionales y extranjeras.

A nivel internacional, ha participado en el XV Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba); en el Festival Internacional de Poesía de Copenhague (Dinamarca) 2011; en el V Encuentro Internacional de Literatura Tres Orillas en Canarias; en el VI Festival Internacional de Poesía, Palabra del Mundo y en el Festival Internacional de Lima, FIPLIMA (Perú) 2013.

Sus poemas han sido traducidos al danés, al inglés y al árabe.

Su publicación más reciente es el poemario Etanol Mortis (Olifante Ediciones, 2013).

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