
Poema de Jack Kerouac: Cómo meditar
—luces fuera—
caída, manos unidas, hacia instantáneo
éxtasis como una vacuna de heroína o morfina,
la glándula interior de mi cerebro descargando
el buen fluido alegre (Fluido Sagrado) mientras
me bajo y sostengo todas las partes de mi cuerpo
hacia un trance de inactividad —Curando
todas mis enfermedades —borrándolo todo —ni
siquiera un fragmento de un «Espero que tú» o un
lunático globo quede dentro, sólo la mente
en blanco, serena, sin pensamiento. Cuando un pensamiento
brota a resortes desde lejos con su manifiesta
presencia de imagen, lo soplas lejos,
la espantas, la pretendes, y
se desvanece, y el pensamiento nunca vuelve —y
con alegría comprendes por primera vez
«Pensar es justo lo mismo que no pensar-
Así que no tengo que pensar
nada
más»