
Poema de Manuela Ipiña: Pirómanos
Dejaron las huellas
de todas las manos
que nunca bastaron.
Dejaron las bocas
que nunca pudieron
morder con los dientes
sus ganas de vida.
Dejaron las ganas
(siempre de amianto)
que hoy todavía
se alimentan del fuego.
Cuando la cama pintaba su mapa del mundo, ellos dejaban impreso en sus rincones algo de ambos que nunca se fuera.
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Manuela Ipiña. Tengo 37 años, soy Licenciada en Derecho y me dedico al mundo jurídico y de los Recursos humanos. Actualmente formándome como terapeuta Gestalt y “saliendo del armario” poético. He colaborado en la Revista Chispas Literarias y soy socia de Noches Poéticas (Bilbao), donde suelo colaborar. Acabo de publicar mi primer poemario titulado Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte (Cuadernos del laberinto, 2015).
A pesar de las evidencias, de los contratiempos e inconvenientes en las circunstancias de la vida siempre quedan los recuerdos, y los pensamientos de los momentos y las situaciones agradables de cada momento de nuestras vidas