
Black Friday político
El físico danés Niels Bohr, gran teorizador de la estructura del átomo, dijo que “quien no se sorprende de la física cuántica es porque no la conoce”. Aplicando la regla de tres a su providencial aforismo, creo que empiezo a conocer el mundo de la política teniendo en cuenta que cada día me sorprende más.
El presidente del gobierno retransmite un partido de fútbol en una emisora de radio; uno de los fundadores de Podemos tacha un día a un adversario político de cocainómano y otro día da un mitin en calcetines; el líder de la oposición acude a El hormiguero; la alcaldesa de Madrid nos explica que “el clítoris es un invento”… Por si fuera poco, todos los partidos políticos se han puesto de acuerdo en Black Friday para prometer rebajas en impuestos, esperando que el 20-D los ciudadanos acudamos a esos grandes almacenes virtuales que son las elecciones para hacernos con alguna ganga. Recordando a Bohr, solo alguien que desconozca cómo se las gastan los políticos en periodo electoral podría sorprenderse.
A alguno le harán gracias las payasadas, ocurrencias y ofertas a deshora de estos políticos metidos a bufones (en ciertos casos, bufones metidos a políticos), pero yo que soy un carca prefiero que nuestros dirigentes abandonen el show business y se dediquen a temas más aburridos como: paliar el paro, ayudar a los familiares con personas dependientes, pagar las deudas a las farmacias, rebajar las cuotas de autónomo o agilizar las interminables listas de esperas de la sanidad pública…
No debería sorprenderme que los políticos pierdan aceite; lo que debería sorprenderme es que yo aún me sorprenda.