
De cómo habitar el infinito, de Ángel Calle
Atravieso rápido los paisajes lentos de la Mancha y de las dehesas de Extremadura, como si no quisiera despertarlas, y me prendo de los perfiles que sostienen los campos ligeramente abultados. Enganchados a ese horizonte infinito está mi escueto presente: sus gentes y la tierra que los habita.
Me despierto y, con tu cuerpo, me susurras a los ojos que atraviese lento el camino que va de tus pechos a tu vientre. Soy parpadeo vital, descenso alegre de riachuelo recién nacido. Extensión concreta de tu agua infinita. Y aunque queramos devorarnos, no podremos acabarnos tan fácilmente.
Los amoríos terrenales son así, como solares inmensos. Pero entonces hay que recorrer los infinitos abrazables para saber que uno no está perdiéndose en lo lejano, que está compartiendo llanuras concretas de sentimientos.
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Ángel Calle Collado es profesor de Sociología en la Universidad de Córdoba. Entre sus publicaciones están Los Vínculos (Isla Varia, 2006), Utopistas y Desutópatas (Baile del Sol, 2008), Deseos a la calle (Corona del Sur, 2011) y DigniVivirse (Corona del Sur, 2015).