
LAS ENTREVISTAS DE NARRATIVA BREVE
Ignacio Rodríguez Mas
Director de la revista Tales
Por Francisco Rodríguez Criado
Hace aproximadamente un año y medio recibí un email de Ignacio Rodríguez Mas en el que se me invitaba a enviar alguno de mis cuentos para su posible publicación en una nueva revista en papel, Tales Literary, que pretendía ser un referente del cuento en castellano. Según me explicó Rodríguez Mas –a quien yo no conocía, y tengo la sensación de que él tampoco a mí más allá de la lectura en Internet de algún relato suelto–, Tales (la citaré abreviada a partir de ahora) pretendía hacer un papel en el mundo del cuento en castellano similar al que había interpretado The New Yorker en Estados Unidos en los años 40 (en este caso, obviamente, con el cuento anglosajón).
Envié un cuento y después del acuse de recibo no volví a saber nada de Ignacio ni de la revista. Pensé que este proyecto literario, como otros tantos, se había quedado en el camino. Sin embargo, meses después, el propio Ignacio me envió otro email para comunicarme que un comité de lectura había elegido mi cuento como uno de los tres que saldrían publicados en el número 1.
Aunque halagado, no podía evitar pensar en lo extraño que resultaba –y resulta– que alguien se embarque en una revista de cuentos en papel cuando todo hace indicar que la publicación en este formato va en retroceso. (Escribo estas líneas apenas un mes después de que el mítico El País anunciara que va a dejar de publicar su periódico en papel en detrimento de la versión digital. Y es solo un ejemplo entre muchos).
Hoy que tengo la oportunidad de charlar con Ignacio Rodríguez sobre Tales aprovecho la ocasión para preguntarle por un proyecto que, hasta cierto punto, parece ir a contracorriente:
Francisco Rodríguez Criado: El cuento en España y en Latinoamérica está experimentando un renacimiento, pero se me antoja que se ha consolidado no en formato papel sino en la virtualidad (blogs, webs, revistas online, foros literarios…). ¿A qué se debe la apuesta de publicar una revista de cuentos a la antigua usanza –impresa, con plazos de publicación fijos, a la venta en quioscos…?
Ignacio Rodríguez Mas: La idea de publicar en papel es un regalo, principalmente, a los escritores. Para nosotros lo sencillo sería haber creado la revista con un formato único en digital. Nos hubiese dado menos dolores de cabeza… Esta revista nace gracias a Salinger. Éste siempre tuvo (hasta que lo consiguió) la obsesión de verse publicado en las páginas de The New Yorker. De hecho, Capote le dijo algo así como: “Jamás serás realmente publicado hasta que no seas publicado en The New Yorker”. Salinger ganó la batalla y consiguió hacerlo cinco años antes que Truman. En Tales buscamos dar cobertura a todos esos autores noveles y hacer que compartan páginas con autores ya contrastados. Verse publicado en papel es una satisfacción única para el escritor. Por supuesto que lo digital debe existir. ¡Y menos mal! Pero no por ello debemos olvidarnos del papel.
F.R.C.: La publicación de los textos en Tales pasa por un proceso similar al de un concurso literario: ustedes fomentan la recepción de las narraciones, pero solo unas pocas entre muchas son las elegidas. ¿Qué criterios ha establecido el comité de lectura que trabaja para Tales a la hora de hacer dicha selección?
I.R.M.: Simplemente buscamos historias. Experiencias propias camufladas con ficción. El relato breve es una empresa más compleja aún que la novela. Es difícil seleccionar cuáles sí y cuáles no. Recibimos una media de sesenta relatos al mes. Y de todos, publicamos tres o cuatro. Te sorprende el talento de muchos escritores prácticamente noveles. Es un proceso enriquecedor. Disfrutamos con ello y desde aquí aprovecho para agradecer a todos los que nos enviaron alguna letra.
F.R.C.: Por el momento hay dos números de Tales en el mercado. Tal vez sea pronto para hacer un análisis profundo al respecto. No obstante, me gustaría conocer sus impresiones sobre cómo ha sido la experiencia de poner en marcha una revista de cuentos en papel en pleno siglo XXI.
I.R.M.: Sinceramente, es una experiencia bonita, pero laboriosa. Es ir un poco a contracorriente en este presente tan tecnológico y digitalizado. ¿Qué pensar cuando ya son numerosos los diarios que se han centrado exclusivamente en su versión digital? El día que tengamos que dejar de publicar en papel nos replantearemos seriamente la continuidad de esta revista. Ojalá que eso no pase nunca. La tarea más difícil es encontrar empresas que apuesten por este formato, y por la literatura. Al fin y al cabo funcionamos como un periódico y dependemos de los anunciantes.

F.R.C.: Me consta que ustedes reciben muchos manuscritos, lo que les sitúa en una posición ideal para evaluar el nivel del cuento actual. ¿Es fácil encontrar buenos cuentos en castellano hoy día o hay que escarbar mucho para dar con uno realmente meritorio?
I.R.M.: Recibimos de todo. Relatos buenos y otros no tanto. Pero sin duda, lo que sí vemos es un deseo cada vez mayor de escribir y ser publicado. Y eso es buena señal. Nos sorprende la cantidad de personas que se interesan diariamente por las condiciones de nuestra revista. Eso demuestra que el cuento no está tan muerto como algunos lo perciben.
F.R.C.: En segundo número han publicado cuentos inéditos de Álvaro Pombo, Sergio Álvarez Sánchez, Toni Cifuentes, Xavier Sirés y Paz Monserrat Revillo. ¿Es norma editorial compaginar creaciones de autores consagrados (en este caso Álvaro Pombo) con otros que no son tan conocidos?
I.R.M.: Por supuesto. Nuestra filosofía es ir compaginando a autores consagrados con aquellos que aún están por descubrir. Procuramos que en cada número aparezca una buena firma colaboradora. Álvaro Pombo lo hizo en el segundo número y desde entonces se ha volcado con nuestro proyecto. Al igual que Guillermo Busutil (que lo hizo en el primer número). Es muy gratificante ver cómo escritores de este nivel te echan un cable de manera completamente desinteresada. Es importante que los de este gremio nos unamos para dar salida al relato.
F.R.C.: Paz Monserrat Revillo ha publicado un texto, “El caparazón de los escarabajos”, a medio camino entre el cuento y la crónica de viajes, en el que hace un repaso nostálgico por la figura de los Beatles. Este escrito está incluido en la sección “Final de trayecto”, que contó en el primer número con la participación de Álvaro de Simón y su “Welcome to Vermont”, un retazo de “la América profunda que se oculta al gran mundo”. ¿Qué tendencia cree usted que influye más en el cuentista en castellano de hoy día? ¿La anglosajona (Salinger, Capote, Saki) o la española (Cunqueiro, Clarín, Galdós…? ¿Hemos cambiado La Alcarria de Cela por la Ruta 66 de Jack Kerouac?
I.R.M.: Jajaja… como he dicho antes, recibimos de todo. Creemos que el tercer número de la revista sorprenderá bastante por su contraste. Al leer los textos que recibimos se nota la influencia de autores muy distintos. Desde Carver a Cortázar. Pero es normal. Por mucho que no queramos escribimos casi como lo que leemos. Siempre estaremos de alguna manera influenciados. En absoluto tenemos una tendencia marcada para la selección de relatos. Es más, la idea de Tales será más bella aún cuanto mayor sea la diversidad, eso es lo que enriquece este proyecto.
F.R.C.: El cuento como género literario tiene buena prensa, pero malas ventas. Muchos lectores y escritores ponen de manifiesto la dificultad de escribir un cuento redondo y le conceden incluso más prestigio que a la novela, pero a la hora a la verdad los libros de cuentos nunca copan las listas de los libros más vendidos. ¿Tiene alguna teoría de por qué ocurre esto?
I.R.M.: Uf… eso mismo me pregunto yo. Pienso que el quid está en la tradición cultural. Estados Unidos o Inglaterra han cuidado desde siempre este género y sí es verdad que allí se apremia y valora mucho mejor el relato breve que aquí en España. Creo que el salto del cuento está aún por llegar. Poco a poco estamos poniendo al género donde se merece. Sin duda hay un interés cada vez mayor. Tendremos paciencia.

F.R.C.: En los últimos años se ha puesto de moda el género del microrrelato, esos cuentos que por su extrema brevedad operan omitiendo elementos narrativos. ¿Qué opinión le merece el microrrelato? ¿Ve en estas narraciones las mismas posibilidades de un cuento extenso de, pongamos, de seis, diez o incluso veinte páginas?
I.R.M.: El microrelato es algo que desconozco completamente. No he honrado mucho ahí. Sin embargo, un relato de unas diez páginas (por ejemplo) ha de precisar de una exactitud total. Es el género literario más complicado.
F.R.C.: Una pregunta práctica: ¿Cuánto cuesta la revista y dónde puede conseguirse?
I.R.M.: La revista tiene un precio de 3,5 euros. Setenta páginas. Puede conseguirse en nuestra página web (la enviamos a casa) o en los puntos de venta que indicamos en la misma dirección: www.talesliterary.com. Animo no sólo a leer la revista sino a escribir historias. Aunque sea para guardarlas en el cajón de tu mesita de noche.
F.R.C.: Y, para terminar, ¿puede recomendar un cuento o un poema para la sección 1001 Cuentos?
I.R.M.: Para Esmé, con amor y sordidez. Uno de los Nueve Cuentos de JD Salinger.
Hoy esta de moda escribir microrelatos o relatos cortos.