Mis arranques favoritos: “Desde el jardín” – Jerzy Kosinski
Lo importante al empezar a contar una historia son los primeros cuatro o cinco párrafos, donde el escritor revelará o sugerirá con vigor la trama y aprovechará para mostrar su estilo. (Ernesto Bustos Garrido)
1.- La historia o la trama
3.- El autor
2.- Contexto histórico
4.- Tipo de arranque
5.- Análisis global
6.- El texto
1.- Chance es el nombre de un hombre que ha vivido toda su existencia encerrado en una mansión, a cargo del jardín. Este espacio no tiene comunicación con el exterior y un alto muro de ladrillos rojos bloquea tanto el contacto con el mundo de la calle como impide cualquier mirada hacia la vivienda. El hombre vive aislado, tanto que el jardín podría ser una prisión o su propia tumba. Su única compañía es un televisor a color que le muestra retazos de una vida que él desconoce. El dueño de la mansión es un anciano con importante patrimonio que muere repentinamente. No deja herederos y un estudio de abogados se encarga de darle destino a sus bienes. Chance debe marcharse ya que no tiene cómo demostrar el vínculo con el millonario. Nunca le hicieron contrato, nunca le depositaron sus dineros para la jubilación. Si hubo para él alguna recompensa por su trabajo, fue en la mano, sin comprobante de pago de por medio. Para los abogados podría ser hasta un impostor. Al salir al mundo exterior, el mismo día de su partida, lo atropellan dejándolo mal herido. La dueña del auto lo socorre, lo lleva hasta su casa y lo cuida hasta que se recupera. Después le sugiere que se quede como invitado. Allí Chance experimenta una transformación en su existencia, sin dejar de ser el individuo plano y simple que siempre ha sido. El esposo de la dama es una persona importante y le toma aprecio, pero entre Chance y la esposa surge una fuerte atracción. A partir de este hecho, su vida irá por derroteros impensados donde se cruzan la buena suerte y también el infortunio. Para Chance todo es posible.

2.- El autor de Desde el Jardín es el escritor de origen polaco, Jerzy Kosinski (Josef Lewinkopf). En su pueblo natal de Lodz sufre los horrores de la guerra y la persecución por ser judío. Su familia es perseguida por la policía de Hitler. Jerzy logra escapar gracias a una red de amigos y personas caritativas. Pero debió hacerse pasar por católico. Incluso consiguió una partida de bautismo falsa. Terminado el conflicto estudió historia y ciencias políticas en Lodz. En 1957 emigra a Estados Unidos. Comienza una nueva vida. Se casa y enviuda. Posteriormente, vuelve a casarse con una descendiente de alemanes. Retorna a la universidad y se gradúa en Columbia. Luego da clases en Yale y Princeton. Sus obras más conocidas son: El pájaro Pintado, Pasos y Desde el jardín. Muchos lo acusaron de plagio, pero él siempre fue muy celoso de sus textos. Trabajó con él un bisoño Paul Auster. Kosinski había nacido en Lodz el 18 de junio de 1933.
3.- Desde el jardín, la novela emblemática de Kosinski, es del año 1971. Es una novela corta, hecha con una buena dosis de humor negro. En ella es escritor se lanza en picada –quizá sutilmente– contra la superficialidad del mundo moderno. A través del personaje, Chance, aguijonea esa sociedad marcada por los contrasentidos. En Medio Oriente, se agudiza el conflicto árabe israelí, la guerra de Vietnam da sus últimos coletazos, y paralelamente surgen diversos movimientos terroristas como la Yihad Islámica, Septiembre Negro, el Ejército Rojo Japonés, y Las Brigadas Rojas. También hacen presencia y fuerza el IRA de Irlanda y la ETA en el País Vasco. Algunos gobiernos occidentales responden con el terrorismo de Estado. Finalmente en Estados Unidos tiene lugar el escándalo de Watergate que hace caer el gobierno de Richard Nixon mientras los políticos buscan cómo recuperar el bienestar y la tranquilidad social. Kosinski hace una sátira con el argumento de Desde el jardín, y ridiculiza a estadistas y empresarios y quizá a él mismo.
4.- La novela tiene un arranque o inicio tradicional, del tipo descriptivo. El autor prioriza en la largada de su historia ubicar el personaje central –un extraño individuo llamado Chance– en el tiempo y en el espacio. Esto es para él, esencial. (En un lugar de La Mancha…..). Pone de inmediato énfasis en el escenario donde este individuo se moverá en una parte importante del relato. Lo sitúa –para ser coherente con el título– al interior de un curioso jardín. Pero no es jardín cualquiera, porque además de plantas y árboles, este jardín no tiene comunicación alguna con el mundo exterior. De este modo, el jardín de Kosinski viene a ser la prisión de Chance. Allí ha construido su vida desde que tiene memoria. Ha tenido contacto con escasas personas –el anciano dueño de la mansión donde está el jardín y que fallece a poco de comenzar el relato y una criada-cocinera, huraña e individualista.

5.- Chance, el jardinero, sabe del mundo a través de algunos diarios y revistas, pero sobre todo a través de la televisión. Desde esta perspectiva es dable pensar que la historia girará en torno a la nefasta influencia en la sociedad contemporánea. De algún modo, es así, porque el personaje actuará según los moldes que entrega este medio de comunicación masiva. Pero la historia sigue otros cursos que nos llevarán al exterior del jardín, donde Chance intentará sobrevivir con muy escasas herramientas. De pronto se verá en la calle y en donde experimentará un fuerte proceso de adaptación que lo encumbrará a experiencias impensadas para un simple jardinero.
Aquí reside, indudablemente, el mérito de Kosinski, quien escribió ésta obra en inglés. El autor recurre en el nudo del relato a la fantasía o más bien a lo que podríamos llamar “increíble pero cierto”. Lo atropellan, la mujer que va en el vehículo lo recoge y se lo lleva a su casa, donde lo cura, lo invita a quedarse y hasta se convierte en su querida.
¿Increíble, no es cierto? Porque aunque se diga lo contrario, es inusual que un jardinero que ha vivido en un mundo cerrado y oscuro luego sea capaz de aconsejar y asesorar a grandes líderes de opinión. Casi al final de la novela se llega al absurdo de que Chance entreviste y hasta sorprenda al Presidente de la Nación, con sus teorías económicas sobre el crecimiento. Sin embargo Kosinski consigue por medio de la sátira que todo lo que allí ocurra sea creíble o al menos posible de suceder y que Chance, al final de la historia, ya convertido en Chauncey Gardiner, vea reflejada en un charco de agua estancada, una imagen, que es y no es la suya y que a pesar de ello -de su falta de identidad- reanude su camino y sienta una enome paz en su corazón.
Ernesto Bustos Garrido (Santiago de Chile), periodista, se formó en la Universidad de Chile. Al egreso fue profesor en esa casa de estudios; también en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad Diego Portales. Ha trabajado en diversos medios informativos, televisión y radio, fundamentalmente en el diario La Tercera de la Hora como jefe de Crónica y editor jefe de Deportes. Fue director de los diarios El Correo de Valdivia y El Austral de Temuco. En los sesenta fue Secretario de Prensa del Presidente Eduardo Frei Montalva. En los setenta, asesor de comunicaciones de la Rectoría de la U. de Chile, y gerente de Relaciones Públicas de Ferrocarriles del Estado. En los ochenta fue editor y propietario de las revistas Sólo Pesca y Cazar&Pescar. Desde fines de los noventa intenta, quizá tardíamente, transformarse en escritor.
6.- Desde el jardín, de Jerzy Kosinski
Capítulo I
Era domingo. Chance estaba en el jardín. Se movía con lentitud, arrastrando la manguera verde de uno a otro sendero, mientras observaba, atentamente, el fluir del agua. Fue regando con delicadeza cada planta, cada flor, cada rama del jardín. Las plantas eran como las personas: tenían necesidad de cuidados para vivir, para sobreponerse a las enfermedades, y para morir en paz.
Sin embargo, las plantas diferían de la gente. Ninguna puede reflexionar sobre sí misma ni conocerse; no existe ningún espejo que pueda reconocer su rostro; ninguna puede obrar intencionadamente; no le queda sino crecer y su crecimiento carece de sentido, puesto que no puede razonar ni soñar.
Las plantas gozaban del resguardo y protección del jardín, separado de la calle por un alto muro de ladrillos rojos cubiertos de hiedra, cuya paz no perturbaba el ruido de los coches que pasaban. Para Chance las calles no existían. Si bien nunca había abandonado la casa y su jardín, la vida que transcurría al otro lado del muro, no despertaba su curiosidad.
La parte delantera de la casa, donde habitaba el Anciano, podría haber sido parte del muro o de la calle. Nada le indicaba a Chance que hubiera allí ningún ser viviente. En la parte de atrás de la planta baja, que daba al jardín, vivía la criada. Al otro lado estaba la habitación de Chance, su cuarto de baño y un pasillo que conducía al jardín.
Lo que el jardín tenía de particularmente atractivo era que, en cualquier momento en que se detuviera en los angostos senderos, entre los macizos de arbutos o entre los árboles, Chance podía comenzar a dar vueltas sin saber a ciencia cierta si avanzaba o retrocedía, si sus pasos lo acercaban o lo alejaban del lugar de donde había partido. Lo único importante era seguir su propio ritmo, como las plantas en su crecimiento.
De vez en cuando, Chance cerraba el paso del agua y se sentaba sobre el césped a reflexionar. El viento, con independencia de la dirección en que soplaba, mecía los arbustos y los árboles. El polvo de la ciudad se asentaba uniformemente, oscureciendo las flores que pacientemente aguardaban el lavado de la lluvia y luego los rayos del sol que las secaran.
Sin embargo, a pesar de la vida que bullía en él, incluso en el momento de su máximo esplendor, el jardín era la tumba de sí mismo. Bajo cada árbol y cada arbusto, había troncos que se pudrían y raíces que se desintegraban. Resulta difícil saber qué era más importante, si la superficie del jardín o la tumba en la que se originaba y en la que recaía, constantemente. Había por ejemplo cerca del muro unos setos vivos que prosperaban con total indiferencia por las plantas vecinas, crecían con mayor celeridad sofocando las flores más pequeñas, y adueñándose del terreno de los arbustos más débiles.
Chance entró en la casa y puso en funcionamiento el aparato de televisión. El aparato creaba su propia luz, su propio color, su propio tiempo. No estaba sometido a las leyes físicas que acababan siempre por doblegar las plantas. Todo en la pantalla aparecía en forma confusa y entremezclada, pero al mismo tiempo suavizada: el día y la noche, lo grande y lo pequeño, lo flexible y lo quebradizo, lo suave y lo áspero, el calor y el frío, lo cercano y lo distante. En ese mundo de colores de la televisión, la jardinería era como el bastón blanco de un ciego.
Cambiando de canal, Chance podía modificarse a sí mismo. Al igual que las plantas del jardín…….
Nota 1: El título en inglés de la obra es Being there. La versión cinematográfica lleva el nombre en español de Bienvenido, Mr. Chance, con guion del propio Kosinski. Actúan Peter Sellers y Shirley MacLaine.
Nota 2: Texto fue extraído de la novela Desde el jardín, de Jerezy Kosinski 1970. Anagrama (Compactos) 1989. Barcelona – España.
Nota 3: Este libro fue conseguido en préstamo desde la Biblioteca Popular “Violeta Parra” (Villa La Reina-Santiago-Chile).
Nota 4.- Kosinski muere el 3 de mayo de 1991, a raíz de haber ingerido un cóctel de barbitúricos. Dejó una nota: I am going to put myself to sleep now for a bit longer than ussual. Call it Eternity. (Me he ido a dormir por un rato mayor de lo habitual. Llamad Eternidad a ese rato).
Suicidio en Nueva York del novelista polaco Jerzy Kosinski
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Última actualización el 2023-09-24 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados