Francisco Villaespesa Martín (Laujar de Andarax, Almería, 15 de octubre de 1877 – Madrid, 9 de abril de 1936), fue un poeta, dramaturgo y narrador español del movimiento conocido como Modernismo.
La temática modernista revela en él un anhelo de recreación, de armonía, frente a un mundo inarmónico, y así un ansia de plenitud y perfección. Por otra parte, intenta una búsqueda de las raíces en la crisis que produjo un sentimiento de desarraigo en los escritores posrrománticos, quienes se presentaban como guías capaces de mostrarles al hombre común los valores verdaderos.
Los temas tratados por los modernistas son muy variados, pero estos son los más recurrentes:
1.- La desazón típica del romanticismo: el hastío de la vida y una profunda tristeza, junto a la melancolía y la angustia.
2.- Búsqueda de la soledad y el rechazo de una sociedad.
3.- El escapismo, evasión de la realidad del tiempo y del espacio.
4.- El amor y el erotismo, con cierta idealización del amor y de la mujer. El tema del amor imposible se presenta con diferencias respecto al ideal romántico. Hay un contraste entre el profundo y el delicado amor y un intenso erotismo.
5.- El cosmopolitismo muestra el anhelo de distinto y aristocrático. Los modernistas demostraban mucha devoción por París.
6.- Los temas americanos, en especial los temas indígenas, muchas veces con una defensa del indígena.
7.- Lo hispano como antecedente histórico valioso que otorga una armonía frente al mundo inarmónico.
8.- Usan un lenguaje culto.
Por Ernesto Bustos Garrido
Ernesto Bustos Garrido (Santiago de Chile), periodista, se formó en la Universidad de Chile. Al egreso fue profesor en esa casa de estudios; también en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad Diego Portales. Ha trabajado en diversos medios informativos, televisión y radio, fundamentalmente en el diario La Tercera de la Hora como jefe de Crónica y editor jefe de Deportes. Fue director de los diarios El Correo de Valdivia y El Austral de Temuco. En los sesenta fue Secretario de Prensa del Presidente Eduardo Frei Montalva. En los setenta, asesor de comunicaciones de la Rectoría de la U. de Chile, y gerente de Relaciones Públicas de Ferrocarriles del Estado. En los ochenta fue editor y propietario de las revistas Sólo Pesca y Cazar&Pescar. Desde fines de los noventa intenta, quizá tardíamente, transformarse en escritor.
Poema de Francisco Villaespesa: Balada
Llamaron quedo, muy quedo
a las puertas de la casa.
—¿Será algún sueño? —le dije—
que viene a alegrar tu alma?
—¡Quizás! Contestó riendo.
Su risa y su voz soñaban.
Volvieron a llamar quedo
a las puertas de la casa…
—¿Será el amor? —grité pálido,
llenos los ojos de lágrimas…
—Acaso —dijo mirándome…
Su voz de pasión temblaba…
Llamaron quedo, muy quedo
a las puertas de la casa…
—¿Será la muerte? —yo dije.
Ella no me dijo nada…
Y se quedó inmóvil, rígida,
sobre la blanca almohada,
las manos como la cera
y las mejillas muy pálidas.
***
Poema de Francisco Villaespesa: Para escanciar el vino de mi viña temprana
(En Los jardines de Afrodita VIII)
Para escanciar el vino de mi viña temprana,
Fidias, divino artífice, en marfil y oro puro
modeló fina copa, sobre el más blanco y duro
seno que sorprendiera jamás pupila humana.
Son dos ninfas en arco las asas de esa copa,
y en ella están grabados, entre vides y flores
y sátiros que acechan, los lúbricos amores
de Leda con el Cisne, y el Toro con Europa.
Amada, ¡bebe y bésame! Al destino no temas,
que al borde de la copa rebosante de gemas,
cinceló Anacreonte estos versos divinos
cuyo ritmo el secreto de la existencia encierra:
—Bebe, ama y alégrate mientras sobre la tierra
haya labios de rosas y perfumados vinos.
Poema de Francisco Villaespesa El alba iluminó la vidriera
(En Canción del recuerdo II)
El alba iluminó la vidriera,
y a su luz angustiosa y azulada,
yerto, sobre el blancor de la almohada,
Se destacaba su perfil de cera.
Abrió los ojos, y la vida entera
palpitó en la inquietud de su mirada,
y en mis manos su frágil mano helada
temblaba como un ave prisionera…
Balbució su voz: —¡Te adoro tanto!
¡Pídele al Cielo que mañana viva!
Y mis venas heláronse de espanto
al contemplar sobre su faz inerte,
como el vuelo de un ave fugitiva,
aletear las sombras de la Muerte.
***
Un cuento en verso de Francisco de Villaespesa: Caperucita (Roja)
Caperucita, la más pequeña
de mis amigas, ¿en dónde estás?
-Al viejo bosque se fué por leña,
por leña seca para amasar.
-Caperucita, di, ¿no ha venido?
¿cómo tan tarde no regresó?
-Tras ella todos al bosque han ido,
pero ninguno se la encontró.
-Decidme, niño, ¿qué es lo que pasa?
¿qué mala nueva llegó a tu casa?,
¿por qué esos llantos?, ¿por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?
-Sólo trajeron sus zapatitos,
¡Dicen que un lobo se la comió!