3 cuentos chilenos de Ernesto Bustos Garrido

3 cuentos cortos del chileno Ernesto Bustos Garrido (Corebo)

CONTAR LA VERDAD

Mentir y ser descubierto es tan feo como caer dentro de un hoyo con las manos atadas a la espalda, golpearse en la boca y ver saltar todos los dientes.

Entonces Remigio, con ese pensamiento-imagen la cabeza, puso su verdad en un papel para entregárselo al juez, lo dobló y lo guardó en su mochila. Enseguida dio un salto largo sobre un oscuro precipicio para no caer en las profundidades de la falsedad y quedar prisionero de la mentira.

Por desgracia su brinco no fue lo suficientemente expresivo y sincero…

LA PALABRA EXACTA

Esa mañana José Manuel se miró al espejo antes de salir y no quedó conforme. Su traje además no cooperaba mucho a su pobre y triste apariencia.

“En fin –se dijo–. Qué le vamos a hacer”. Y se encaminó a su puerta.

Iba con dos amigos a dar una vuelta a la Filarmónica de Sazié. Era un conocido salón de baile para obreros y empleadas, almas solitarias como él y como muchos y muchas. Los varones pagaban; ellas no, pero allí se formaban las parejas.

Si tenía suerte José Manuel podría bailar un vals o un foxtrot.

Si tenía suerte…. claro está.

Antes de abordar el tranvía se tanteó las llaves en el bolsillo del pantalón. Sus dedos lijosos de albañil tropezaron con un caramelo.

¡Dulzura! Eso le voy a decir cuando saque a alguna moza a bailar, aunque yo sea feo, balbuceó con algo de vergüenza.

EL PAQUETE ENSANGRENTADO

«Para la filmación de un comercial se requieren pies y piernas de hombre entre 30 y 35 años, aproximadamente». Eso estipulaba el texto de un aviso incluido en las páginas comerciales del periódico de mayor circulación en el país.  Pago de $ 250.000 por cada extremidad, especificaba el ofrecimiento.  

Natalio leyó el anuncio y meditó unos instantes. Con una sola pierna podía ir saltando de su cama al baño, y eso ya era suficiente…

Pero quería más.

Lamentablemente, por esos días, estaba muy mal de la cabeza. Lo habían amenazado con llevarlo a una casa de orates. Padecía de esquizofrenia. Entonces Natalio no lo pensó más y esa tarde se cortó una pierna; luego se vistió, salió a la calle y saltando en un pie se subió a un ómnibus de la locomoción pública, llevando debajo del brazo un paquete ensangrentado.

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Última actualización el 2023-09-25 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados

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