Cuento infantil «La cajita con números» (Emilia León Vargas de Coto)

cuento infantil

Son las once de la mañana, así que vamos a comenzar con el número que sigue, el doce. A las doce de la noche nació el Niñito Dios, y cada veinticuatro de diciembre, al dar los relojes las doce campanadas, vuelve a renacer la alegría que nos trajo hace más de dos mil años. Como el Niñito no necesita regalos, él dijo que nosotros en la Tierra nos demos regalos, y a los niños juguetes para conmemorar la fecha.

Cuento de Leonid Andreiev: La nada

Ernesto Bustos Garrido ha elegido como otro de sus arranques (o inicios) literarios preferidos el que abre el cuento LA NADA, del escritor ruso Leonid Andreiev.

Damos la narración completa después de la introducción de Bustos Garrido, que justifica por qué el inicio del relato de Andreiev es uno de sus arranques preferidos.

LA NADA es un cuento breve de tintes tragicómicos. Recomiendo otra narración (larga) más realista sobre la muerte escrita por otro grande de la literatura rusa. Me refiero a La muerte de Ivan Ilich, de Tolstói.

Cuento breve recomendado: «La partida», de Leónidas Barletta

  Los temas centrales de la vasta producción literaria de Leónidas Barletta –narrador, periodista y dramaturgo, hoy injustamente olvidado- son la pobreza y las diferencias sociales. Sus personajes son, en general, hombres y mujeres pobres, y sus circunstancias, sentimientos e historias son narrados desde una óptica solidaria, comprensiva y con un estilo directo y claro. … Sigue leyendo

Cuento breve recomendado: «Galeón», de Manuel Vicent

Todos nuestros juguetes se han roto, excepto los cuentos que nos contaron en la niñez y que de una forma u otra nos llevan siempre a la isla del tesoro. Gracias al sistema de detección por satélite existen no menos de 4000 barcos localizados en el fondo del mar -trirremes, carabelas, goletas, galeones- que naufragaron a lo largo de la historia. Lo que en el Mediterráneo eran dioses, en el Caribe y en los mares el Sur fueron piratas. Cada abismo contiene sus propios héroes sumergidos, como nuestra imaginación alberga los deseos más remotos. Existen empresas especializadas en sacar a la superficie estos barcos cargados de oro o de esculturas de mármol, lo mismo que la razón extrae las imágenes simbólicas que elabora el cerebro en la oscuridad de los sueños y las convierte en sensaciones a pleno sol.

Cuento judío: Napoleón y el sastre

Cuando, después de su derrota, Napoleón tuvo que huir de Rusia, casualmente pasó por una aldea donde había una comuni­dad judía importante. Los soldados del ejército enemigo lo persi­guieron y, al ver que éstos ya estaban demasiado cerca de él, entró en una pequeña casa donde vivía un sastre judío. Dijo al sastre con voz temblorosa: «Escóndeme rápido, porque me persiguen».

Cuento breve de Leonard Michaels: Celos

Llamó a su esposa la casa del amante de ella. Ella le pidió que repitiera lo que había dicho. Él estaba llorando y no se le entendía nada. Quería que volviera a casa y que se llevara su ropa. Sólo verlas era insoportable. Ella era consciente de lo que él sufría, pero en abstracto. A su amante ella le dijo “me siento culpable por no sentirme culpable”. Pero con su marido lloriqueando podía ver sus vestidos y sus zapatos en el armario del dormitorio y sentía algo fuerte, un tipo de urgencia. Fue a casa a recoger los vestidos. Su marido cerró la puerta detrás de ella y la golpeó.

Cuento breve recomendado: «Los brahamanes y el león». Cuento anónimo hindú

En cierto pueblo había cuatro brahmanes que eran amigos. Tres habían alcanzado el confín de cuanto los hombres pueden saber, pero les faltaba cordura. El otro desdeñaba el saber; sólo tenía cordura. Un día se reunieron. ¿De qué sirven las prendas, dijeron, si no viajamos, si no logramos el favor de los reyes, si no ganamos dinero? Ante todo, viajemos.

Pero cuando habían recorrido un trecho, dijo el mayor:

Cuento breve recomendado: «El león y el hombre». Cuento popular chileno

Fue el Perro y volvió luego con el Hombre que traía una escopeta cargada.
-¡Bah! -dijo el León-, ¡qué raro es el Hombre! No lleva la cabeza baja como nosotros. ¿De qué manera comerá? Anda derecho. ¡Bah! Yo también me siento en las patas traseras para pelear con las manos libres. ¿En qué me aventajará? … ¿Eres tú el Hombre? -le preguntó cuando lo vio cerca.

Cuento breve recomendado: El león y la fiebre

Vivía en una montaña un león llamado Durdanta que se entretenía en matar por capricho a toda clase de animales. Un buen día estos se reunieron en asamblea y decidieron enviarle una embajada.

-Señor -le dijeron-, ¿por qué destruís así, sin ton ni son, a los animales? Tened paciencia. Todos los días escogeremos y os enviaremos a uno de nosotros para que os alimentéis.

Cuento breve de León Tolstói: “El origen del mal” (en texto y en audio)

En una ocasión en que el ermitaño descansaba debajo de un árbol, se cobijaron allí, para pasar la noche, un cuervo, un palomo, un ciervo y una serpiente. A falta de otra cosa para hacer y con el fin de pasar el rato, empezaron a discutir sobre el origen del mal.

-El mal procede del hambre -declaró el cuervo, que fue el primero en abordar el tema-. Cuando uno come hasta hartarse, se posa en una rama, grazna todo lo que le viene en gana y las cosas se le antojan de color de rosa. Pero, amigos, si durante días no se prueba bocado, cambia la situación y ya no parece tan divertida ni tan hermosa la naturaleza. ¡Qué desasosiego! ¡Qué intranquilidad siente uno! Es imposible tener un momento de descanso. Y si vislumbro un buen pedazo de carne, me abalanzo sobre él, ciegamente. Ni palos ni piedras, ni lobos enfurecidos serían capaces de hacerme soltar la presa. ¡Cuántos perecemos como víctimas del hambre! No cabe duda de que el hambre es el origen del mal.