cuentos
Narrativa Breve lleva publicando desde 2007 una atractiva y voluminosa selección de cuentos literarios, algo que numerosos lectores disfrutan día a día.
Cuentos rusos, norteamericanos, latinoamericanos, europeos, españoles, anónimos, etc., se dan lugar en este apartado.
Si te gusta leer, este es tu espacio: hemos publicado miles de cuentos completos en castellano.
Si no sabes por dónde empezar a leer, hemos hecho una selección de 12 relatos cortos.
Selección de 12 relatos cortos en Narrativa Breve
- ¿Cuánta tierra necesita un hombre? (León Tolstoi)
- Tempo de ánimas (Emilia Pardo Bazán)
- La tristeza (Antón Chéjov)
- El nadador (John Cheever)
- La casa Tellier (Guy de Maupassant)
- Sopa de pescado (Francisco Rodríguez Criado)
- Revolución (Slavomir Mrozek)
- El verdugo (Silvina Ocampo)
- La muerte viaja a caballo (Ednodio Quintero)
- La compuerta número 12 (Baldomero Lillo)
- Las lunas de Júpiter (Alice Munro)
- Mr. Taylor (Augusto Monterroso)
Relato largo de Robert Musil: La portuguesa
En muchos documentos figuraban con el nombre Delle Catene, pero en otros como los señores Von Ketten. Procedentes del norte, se habían detenido en el umbral del Mediodía. Según sus conveniencias hacían valer la filiación alemana o la latina, pero la verdad era que sólo se sentían ligados a sí mismos.
Foto en blanco y negro | Rafael Garcés Robles
Encontré aquella fotografía en “blanco y negro” que tantos años había buscado. Estaba refundida en aquel libro que nunca terminé, y justo marcaba el último capítulo, el mismo que, en el momento de cerrarlo desprevenidamente agobiado y confundido por un final que no aspiraba leer porque ahondaría más mis penas del desamor.
La poda. Un relato de Manuel Pastrana Lozano
Un día decidió gastarse una broma e hizo una réplica (exacta) de su original con otro nombre y se autoacusó de plagio. En otra ocasión repartió este texto que están leyendo, que le había enviado (yo mismo) como un ejercicio de estilo para que primero lo leyeran de corrido, sin considerar los paréntesis.
La luna roja. Relato corto de Roberto Arlt
Nada lo anunciaba por la tarde.
Las actividades comerciales se desenvolvieron normalmente en la ciudad. Olas humanas hormigueaban en los pórticos encristalados de los vastos establecimientos comerciales, o se detenían frente a las vidrieras que ocupaban todo el largo de las calles oscuras, salpicadas de olores a telas engomadas, flores o vituallas.
Fulgencio Carranza | Un relato de Antonio Cerezo
No sé por qué no me hizo caso. Se lo advertí infinidad de veces. Pero no; tenía que dejarse llevar por sus impulsos, por la influencia de sus amigos. Es cierto que no somos una familia acaudalada, pero tenemos un hogar estable; los niños están en un buen colegio, nos damos ciertos lujos que no cualquiera tiene.
Lluvia. Un relato de Antonio Cerezo
Estaba tendida boca arriba con los ojos muy abiertos regados por la lluvia; mojados un poco también por las lágrimas de su impotencia. La reconoció inmediatamente; cómo no habría de reconocerla si tantas veces la había visto en las canchas. Cómo no habría de reconocer a la campeona nacional de tenis si en muchísimas oportunidades la había admirado por su entrega total en el juego y por su deslumbrante belleza. La tomó por los hombros e intentó calmarla.
El carro de la vida | Relato de Francisco Rodríguez Criado
De nada sirve explicarle que un virus no es un ente intelectualizado, que no piensa, ni siente, ni padece, que no tiene nada de literario y, en cambio, sí mucho de real. Recordarle a mi madre que los virus no tienen la potestad de ser cobardes ni de batirse en retirada, como ella pretende, es como recordarle (a ella, a mi madre) las recomendaciones médicas.