Relato corto de Pedro Benengeli: No estoy de acuerdo
Acababa de llegar a una soleada ciudad del sur de Europa. Como forastero y proscrito, buscaba hacerme un hueco en estas cálidas tierras de Andalucía que ponderan los poetas y alaban los extranjeros por su gastronomía, su luz y su alegría. Así que, ni corto ni perezoso, me dirigí al bar de al lado con la intención de forjar nuevas amistades. Detrás de la barra me atendió una simpática colombiana casada (al parecer) con el propietario del garito, que más parecía un nido de piratas que otra cosa.