
Estoy tratando de informarme sobre el asunto del libro digital y la piratería, a la que tanto temen las editoriales tradicionales. No voy a pronunciarme por el momento sobre este tema, porque la circunstancia del libro digital está lejos de consolidarse y me gusta ir con pies de plomo hasta formarme una opinión propia. Por ahora tengo la sensación de que todo lo relacionado con los libros digitales es de una fugacidad insoportable, y que un día hace sol y al día siguiente arrecia la lluvia. Sin ir más lejos, hoy mismo he leído un artículo de una escritora española en la que ella misma corrige sus opiniones, publicadas en un blog, sobre la autoedición en Amazon. Y donde antes decía blanco ahora dice negro (o viceversa).