Historia corta de Stig Dagerman: Los juegos de la noche

Hoy damos un cuento del escritor sueco Stig Dagerman, «el anarquista melancólico«. Dagerman tuvo una vida corta: se suicidó en 1954, cuando solo tenía 31 años.

La Sociedad Stig Dagerman entrega todos los años un premio literario, que ya han recibido escritores como J.M.G. Le Clézio o Eduardo Galeano entre otros muchos.

En la introducción al famoso cuento de Stig Dagerman, Matar a un niño, Miguel Díez R. dijo que

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4 historias cortas de Augusto Monterroso

Augusto Monterroso, uno de nuestros cuentistas preferidos, consigue escribir grandes historias con muy pocas palabras, algo de agradecer en un blog como este, que prima textos breves que pueden leerse en pantalla (sea en el ordenador, el móvil o la tableta). Hoy os ofrezco cuatro historias cortas de Monterroso, tres de ellas especialmente breves, y una, la que publico al final, más extensa. Podríamos decir que son tres microrrelatos y un cuento. Creo que estas cuatro narraciones serán un regalo para quienes ya conocemos a Monterroso y una puerta abierta para quienes aún no han leído nada suyo.

Microrrelato de Miguel Bravo Vadillo: La historia del viejo egipcio (homenaje a Chéjov)

 

La historia del viejo egipcio
Antón Chéjov. Fuente de la imagen

Tal día como hoy, 29 de enero, nació Antón Chéjov (1860-1904), uno de los mejores cuentistas de todos los tiempos, junto a Poe y de Maupassant, entre otros. Miguel Bravo Vadillo conmemora el aniversario del nacimiento del maestro ruso con un microrrelato y me envía estas palabras introductorias que nos sirven para su mejor comprensión. 

 

Te envío un microrrelato que puede servir como un pequeño homenaje a Chéjov. Estaría bien que lo publicases el día 29 de enero (fecha de su nacimiento). Ya sabes lo que escribió Ricardio Piglia en su conocida Tesis sobre el cuento. En el primer punto escribió lo siguiente: «En uno de sus cuadernos de notas, Chéjov registró esta anécdota: Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida. La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito. Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento. Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias». Bien, con este pequeño microrrelato yo me planteé eliminar esa paradoja, y que la historia del juego y la del suicidio no estuviesen desvinculadas. Me dije: ¿Por qué no puede haber una sola historia y una sucesión consecuente entre las distintas escenas y el desenlace final? Y escribí este pequeño microrrelato para justificar el comportamiento del protagonista de una manera consecuente.

M.B.V.

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Cuento-fábula de Émile Zola: Una jaula de fieras

 

Una jaula de fieras
Émile Zola. Fuente de la imagen

Émile Zola tuvo genio no sólo para construir obras cumbres de la literatura mundial como Nana y Germinal, sino también para incursionar brevemente en el mundo de la narrativa infantil-juvenil. Usando la fábula como método y género de trabajo, escribió algunos relatos magníficos. Si hubiera persistido en ello, hoy estaría junto a Johan Christian Andersen y los Hermanos Grimm.

Le dejo este cuento titulado “Una jaula de fieras”, donde Zola pone en ridículo la conducta soberbia y feroz de los hombres, al punto que en ciertas ocasiones se muestran más sanguinarios que un león y una hiena.

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Microrrelato de Augusto Monterroso: El eclipse

eclipse, cuento de Monterroso

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo enla España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.