He disfrutado El sindicato de policía yiddish como recuerdo haber sacado todo el provecho lector a los otros libros de Chabon que gocé con la emoción satisfecha de quien busca en la lectura el auténtico placer del sueño literario vertido por los verdaderos artistas sobre quienes leemos.
Aquel día, temprano, el tiempo cambió y la nieve se deshizo y se volvió agua sucia. Delgados regueros de nieve derretida caían de la pequeña ventana -una ventana abierta a la altura del hombro- que daba al traspatio. Por la calle pasaban coches salpicando. Estaba oscureciendo. Pero también oscurecía dentro de la casa.
Él estaba en el dormitorio metiendo ropas en una maleta cuando ella apareció por la puerta.
–¡Estoy contenta de que te vayas! ¡Estoy contenta de que te vayas! –gritó–. ¿Me oyes?
A este último, Robert Coover, yo no lo había leído. Reparo esa carencia como lector al tiempo que ofrezco uno de sus cuentos, “Ir por una cerveza”, al que he podido acceder gracias al blog Árbol de tinta libros, traducido del inglés por Tomás Ferri.
Andrés Newman ubica a Coover en el apartado de cuentos posmodernos, y dice de él:
Lamar Herrin (Georgia, 1940) ha publicado siete novelas, una de las cuales fue llevada a la televisión e interpretada por Kirk Douglas. Es autor también de un libro de memorias (Romancing Spain) y de relatos cortos, algunos de los cuales han visto la luz en revistas prestigiosas como The New Yorker, Harper’s, The Paris Review y Epoch. Es, además, profesor emérito de escritura creativa en la universidad de Cornell (Nueva York).
La editorial albaceteña Chamán Ediciones ha publicado recientemente una de sus novelas, La casa de los sordos, editada originalmente en 2005 en Estados Unidos, ahora traducida al castellano por el escritor Eloy M. Cebrián.
Raymond Carver, ilustre seguidor del cuento de Chejov
Chejov. La noche del 22 de marzo de 1897, en Moscú, salió a cenar con su amigo y confidente Alexei Suvorin. Suvorin, editor y magnate de la prensa, era un reaccionario, un self-made man cuyo padre había sido soldado raso en Borodino. Al igual que Chejov, era nieto de un siervo. Tenían eso en común: sangre campesina en las venas. Pero tanto política como temperalmente se hallaban en las antípodas. Suvorin, sin embargo, era uno de los escasos íntimos de Chejov, y Chejov gustaba de su compañía.
Hoy es un día maravilloso para ofreceros un cuento del escritor estadounidense John Steinbeck (1902-1968), Premio Nobel de Literatura en 1962, famoso por novelas como La perla, De ratones y hombres y la siempre citada Las uvas de la ira, con versión cinematográfica de John Ford, interpretada por Henry Fonda. La recordáis, ¿verdad?
El cuento que podéis leer a continuación, “Los crisantemos”, fue publicado por primera vez en Harper´s Magazine, en el número 175 (octubre de 1937), y recopilado posteriormente en el libro de cuentos The Long Valley (1938).
El valle largo, publicado en 2009 por la editorial Navona, con traducción e introducción de José Luis Piquero González, recopila una docena de textos breves ambientados en el valle de Salinas, donde nació John Steinbeck, por los que desfilan sufridos ciudadanos (esposas, granjeros, braceros, activistas comunistas), con sus luces y sus sombras.
Solía salir de la vieja mansión a aquella hora de la tarde y recorría el pueblo a toda prisa. Al principio salía con un pretexto u otro y durante un tiempo se dedicó a dar en voz baja explicaciones que nadie podía oír. Después empezó a mandar que cargaran cantidades a cuenta, que, según la administradora de correos, jamás se pagarían, lo mismo que las del resto, aunque los Farr fueran demasiado finos para relacionarse con los demás. Pero ahora Clytie salía sin ningún objetivo. Salía todos los días y ya nadie hablaba con ella:
Aquí tenéis un nuevo chute de literatura norteamericana, en este caso un cuento breve de E.L. Doctorow, “uno de los más grandes novelistas estadounidenses“, en opinión de Barack Obama y de su legión de lectores.
Ragtime y Billy Bathgate son dos de sus mejores novelas. De la primera hizo Milos Forman una muy buena película en 1985, que seguramente habéis visto.
El cuento que os ofrezco se titula “El escritor de la familia”, una narración de ámbito familiar que escarba en las desavenencias entre dos ramas de una familia.
En el hotel había noventa y siete agentes de publicidad neoyorquinos. Como monopolizaban las líneas telefónicas de larga distancia, la chica del 507 tuvo que esperar su llamada desde el mediodía hasta las dos y media de la tarde. Pero no perdió el tiempo. En una revista femenina leyó un artículo titulado «El sexo es divertido o infernal». Lavó su peine y su cepillo. Quitó una mancha de la falda de su traje beige. Corrió un poco el botón de la blusa de Saks. Se arrancó los dos pelos que acababan de salirle en el lunar. Cuando, por fin, la operadora la llamó, estaba sentada en el alféizar de la ventana y casi había terminado de pintarse las uñas de la mano izquierda.
Muchas personas conocieron la historia de El curioso caso de Benjamin Button gracias a la película protagonizada, entre otros, por Brad Pitt y Cate Blanchet y Julia Ormon. Y no saben -porque la literatura rara vez alcanza la misma popularidad que el cine- que está basada en un cuento del gran escritor norteamericano Francis Scott Fitzgerald. A continuación podéis leer el cuento. Es más bien largo, pero merece la pena.
Al final del cuento os dejo vídeo con una entrevista (subtitulada) que le hicieron a Brad Pitt, Cate Blanchet y el director de la película, David Fincher.
Hasta 1860 lo correcto era nacer en tu propia casa. Hoy, según me dicen, los grandes dioses de la medicina han establecido que los primeros llantos del recién nacido deben ser emitidos en la atmósfera aséptica de un hospital, preferiblemente en un hospital elegante. Así que el señor y la señora Button se adelantaron cincuenta años a la moda cuando decidieron, un día de verano de 1860, que su primer hijo nacería en un hospital. Nunca sabremos si este anacronismo tuvo alguna influencia en la asombrosa historia que estoy a punto de referirles.
Les contaré lo que ocurrió, y dejaré que juzguen por sí mismos.
NARRATIVA BREVE usa cookies para darle al visitante la mejor experiencia al recordar sus preferencias en las próximas visitas. Al hacer clic en "Aceptar", usted está dando su consentimiento para el uso de todas las cookies.
Si desea más información, puede visitar nuestra página de Política de Cookies.
Privacidad y política de cookies
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.