
Defensa navideña de la RAE
A la Real Academia Española le ha salido un grano en el culo: numerosos escritores se niegan a escribir la tilde en el adverbio “sólo” (sustituible por “solamente”). Argumentos de peso no les faltan a nuestros académicos a la hora de proponer la supresión del acento ortográfico en el citado caso (la tilde diacrítica sirve para distinguir una palabra tónica de otra átona, pero tanto “sólo” como “solo” son tónicas), pero de qué sirve la razón si agravia a valores consagrados de nuestra escritura (y de nuestra civilización, que viene a ser lo mismo) como la tradición, la costumbre, la obediencia a lo consabido o la fidelidad a, ya puestos, a las lecciones de nuestro maestro de escuela.