Coetzee vuelve a tirar los dados: El polaco | José Luis Ibáñez Salas

El polaco, novela de Coetzee

La decimoctava novela del ilustre escritor J. M. Coetzee se titula El polaco (The pole, para ser más exactos) y fue publicada, directamente en mi idioma (antes que en el suyo propio), traducida argentinamente por Mariana Dimópulos, en 2022. Es una novelita en el doble sentido del diminutivo: corta y poca cosa. Aunque conviene no olvidar quién es el autor de esta poca cosa. Porque esta poca cosa no deja de ser un libro escrito por el inmenso Coetzee.

Jeremías Gamboa: dejar atrás (Por José Luis Ibáñez Salas)

Jeremías Gamboa, novela, José Luis Ibáñez Salas

Animales luminosos es, a menudo, un magnífico ejercicio literario de introspección, pero en ocasiones se convierte en un exagerado descenso a lo intuitivo de las relaciones humanas (casi adultas), algo un tanto monótono (la palabra no es correcta: sigo pensando en su pequeño defecto), lo cual acaba por darle al libro un tono de excelencia fronteriza, de escritura encomiable pero insuficientemente interesante.

Un fabuloso libro de cuentos escrito por Luis del Gozo

Luis del Gozo, escritor, cuentos

El primer libro del escritor español Luis del Gozo es una espléndida colección de (veintidós) relatos titulada De la muerte y otros lugares exóticos, un debut de muchísimo mérito que vio la luz a finales de 2022. Cuentos cortos los de Del Gozo, cortos y medidísimos, escritos con una precisión de narrador bueno, avezado. Algo impropio de una primera obra. Una primera obra sugerente, fenomenal.

El envés de la vida, de la mano de Antonio Toribios

el envés de los días, Antonio Toribios

Y eso es lo que ha hecho Antonio Toribios en esta atractiva apuesta literaria, El envés de los días. Hojas de un almanaque (Marciano Sonoro Ediciones, 2022): trabajar su fértil imaginación en un libro de más de 400 páginas (sin contar el índice), un almanaque, tal como reza el subtítulo, en el que podemos leer las biografías ficticias de 365 santos, uno por cada día del año. Estamos, pues, ante un nuevo santoral, creado desde cero, con servidumbre al calendario, reflejo de una creatividad literaria desbordante.

Antonio Muñoz Molina: la Gran Pandemia y la memoria

Volver a dónde, José Luis Ibáñez Salas, Antonio Muñoz Molina

Leo en 2022 un libro publicado en los últimos meses de 2021 escrito por el insigne Antonio Muñoz Molina. Insigne, sí. Porque Muñoz Molina no es sólo uno de los mejores escritores españoles, es probablemente uno de los literatos más necesarios y significativos de cuantos hoy siguen escribiendo para mí (y para tantos, por supuesto, pero indudablemente para mí, lo sé y así lo siento). El libro se titula Volver a dónde y no me explico por qué no le había prestado atención hasta que hace unas semanas… Pero esa historia no es de interés. Hoy no.

Un rojo intenso alarmante, de Pascual-Antonio Beño (reseña)

Pascual-Antonio Beño, libro, Pedro Menchén

Pero más allá de la política y lo militar, que parecía coparlo todo, la vida proseguía, no diremos “ajena a la guerra”, pero sí “a pesar de ella”. Lo que este libro nos ofrece es la mirada de un niño que vivió una infancia marcada por circunstancias dramáticas. Un niño de aguda inteligencia que tenía cuatro años cuando comenzó la contienda y siete a su finalización, el 1 de abril de 1939.

El quinto libro de relatos de Woody Allen: Gravedad cero

gravedad cero, Woody Allen, relatos, prólogo

El prólogo es obra de la escritora y crítica literaria estadounidense (neoyorquina como Allen) Daphne Merkin, quien comienza diciendo que “no es fácil ser gracioso”. Qué duda cabe (a mí no, hay quien la gracia y el gusto por lo gracioso lo tiene en otro universo distinto al mío, lo comprendo y casi hasta lo disculpo) de que Allen es (muy) gracioso, de hecho, la prologuista nos dice que están los humoristas buenos… “y luego está Woody Allen”.

Libros desde la memoria del olvido: Nada (Carmen Laforet) | Por Pedro Benengeli

Carmen Laforet, Nada

Cuántos de mi generación hemos vivido esas situaciones de enfrentamientos por naderías, gritos e insultos provocados por cualquier noticia en la TV a la hora de comer, discusiones bizantinas y broncas, al final, por el solo hecho de quedar por encima del otro, por cuestiones de ego. Nadie nos enseñó —sobre todo a los hombres— a manejar nuestro mundo emocional. Se suponía por entonces que eso se debía dejar en manos de las mujeres.
Y no es que no se presenten figuras femeninas desde una óptica negativa, como la tía Angustias (significativo nombre) o la “abuelita” que, a pesar de ser buena como el pan, no goza de la simpatía de la narradora protagonista hasta el punto que no recibe un nombre concreto, como si su existencia fuera insignificante. Andrea narra sus experiencias en primera persona —con la excepción de unas pocas páginas en forma “teatral” que hablan del pasado (p. 44-54)— y casi se podría pensar que autora y personaje literario son lo mismo, mejor dicho, que la autora expresa por boca del personaje principal su auténtica perspectiva o visión del mundo.