En su vida cotidiana, Brian era una persona mucho más teatral que Jeffrey. Se hacía con sus clases a base de mantener en marcha el carrusel de chistes y tonterías, desarrollando el mismo papel, pensaba Pauline, que interpretaba ante sus padres. Se hacía el tonto, salía airoso de las supuestas humillaciones de las que era objeto e intercambiaba insultos. Era un fanfarrón en pro de una causa justa; un fanfarrón indestructible, alegre y arlequinesco.
LAS NIÑAS SE QUEDAN, un relato corto de Alice Munro
Hace treinta años, una familia pasaba las vacaciones en la costa este de la isla de Vancouver. Un padre y una madre jóvenes, sus dos hijas pequeñas y un matrimonio mayor, los padres del marido.