Cuento de Ana María Matute: Paraíso inhabitado

Cuento de Ana María Matute
Ana María Matute. 

Cuento de Ana María Matute: Paraíso inhabitado

Nací cuando mis padres ya no se querían. Cristina, mi hermana mayor, era por entonces una jovencita displicente, cuya sola mirada me hacía culpable de alguna misteriosa ofensa hacia su persona, que nunca conseguí descifrar. En cuanto a mis hermanos Jerónimo y Fabián, gemelos y llenos de acné, no me hacían el menor caso. De modo que los primeros años de mi vida fueron bastante solitarios.

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Cuento de Ana María Matute: Pecado de omisión

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Cuento de Ana María Matute: Pecado de omisión

A los trece años se le murió la madre, que era lo último que le quedaba. Al quedar huérfano ya hacía lo menos tres años que no acudía a la escuela, pues tenía que buscarse el jornal de un lado para otro. Su único pariente era un primo de su madre, llamado Emeterio Ruiz Heredia. Emeterio era el alcalde y tenía una casa de dos pisos asomada a la plaza del pueblo, redonda y rojiza bajo el sol de agosto. Emeterio tenía doscientas cabezas de ganado paciendo por las laderas de Sagrado, y una hija moza, bordeando los veinte, morena, robusta, riente y algo necia. Su mujer, flaca y dura como un chopo, no era de buena lengua y sabía mandar. Emeterio Ruiz no se llevaba bien con aquel primo lejano, y a su viuda, por cumplir, la ayudó buscándole jornales extraordinarios. Luego, al chico, aunque le recogió una vez huérfano, sin herencia ni oficio, no le miró a derechas, y como él los de su casa.

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Los mejores 1001 cuentos literarios de la Historia: «Los relojes», de Ana María Matute

Me avergüenza confesar que hasta hace muy poco no he comprendido el reloj. No me refiero a su engranaje interior –ni la radio, ni el teléfono, ni los discos de gramófono los comprendo aún: para mí son magia pura por más que me los expliquen innumerables veces–, sino a la cifra resultante de la posición de sus agujas. Éstas han sido para mí uno de los mayores y más fascinantes misterios, y aún me atrevo a decir que lo son en muchas ocasiones.

Microrrelato de Ignacio Aldecoa: La ley del péndulo

Fotografía de Ramón Masats. Fuente de la imagen
 
En su ensayo El microrrelato español. Una estética de la elipsis, Irene Andres-Suárez cita un libro de Ignacio Aldecoa sobre el mundo del boxeo, Neutral Corner (1962), como un título emblemático del género del microrrelato, junto con Los niños tontos (1956), de Ana María Matute, y Crímenes ejemplares (1958), de Max Aub. (Creo recordar que los nombra como los tres primeros libros de microrrelatos publicados en España).
Reproduzco el fragmento en el que cita estos libros y a continuación publico el microrrelato «La ley del péndulo», de Aldecoa, incluido en Neutral Corner, que en la edición de Alfaguara (1996) viene ilustrado con fotografías de Ramón Masats.
Os recuerdo que José Luis Ibáñez Salas seleccionó «Young Sánchez«, de Ignacio Aldecoa (también sobre el mundo del boxeo), para la sección Los 1001 mejores cuentos literarios de la Historia.

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Cuento breve recomendado: «El tiovivo», de Ana María Matute

 

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Escritora Ana María Matute. Fuente de la imagen

«Lectora confesa, no duda en señalar a los cuentos de Andersen, Peter Pan o las narraciones que de pequeña le leía su padre como los ‘culpables’ de la adicción a los libros, una pasión que le acompaña «desde que tengo uso de conciencia, ya que siempre han sido mis compañeros, antes que las muñecas», y que ha traslado a su hijo al que siempre ha intentado fomentar la imaginación. «Los niños siguen teniendo la misma imaginación, lo que pasa es que sí es verdad que dárselo todo masticado hacen que esa imaginación sea más perezosa. Ahora ya no leen tanto, solo cómics, o juegan o ver la tele, pero los culpables de esto es el entorno. Yo no voy a dar lecciones de esto, pero son más culpables de los defectos de los niños los padres que los propios niños. Es una lástima que algunos se olviden de su infancia, aunque siempre la llevan encima que siempre marca».

Silvia Rubio Taberné

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Cuento breve: «El mar», de Ana María Matute

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Ana María Matute. Fuente de la imagen

 

Se están cometiendo muchos errores con los niños, se les está quitando la capacidad de imaginar, se les está quitando la isla desde muy niños, lanzándoles al mar. Cada vez dura menos la infancia, pero tampoco se logra a cambio una madurez. Son niños expulsados muchos de ellos, lo que yo llamo adolescentes con cara de náufragos. Hay mucho niño náufrago, adolescentes que a lo mejor ya tienen 40 años, pero no han sabido madurar. Se está educando muy mal. Les quitan la capacidad imaginativa. Por ejemplo, la televisión. No estoy en contra de ella, sino de su uso. Tampoco hablo de la violencia, un niño siempre lleva dentro la violencia, y si no le compran pistolas las fabrican con las pinzas: mis hermanos lo hacían. La televisión les ha hecho perezosos, se lo dan todo hecho, los personajes, las músicas, los colores. Entre el cómic y la tele lo tienen todo. La lectura en cambio es una fábrica de sueños. Yo de niña me imaginaba los personajes, las ciudades. Tenía una idea fabulosa de la ciudad de Copenhague por lo que leía en Andersen, y cuando realmente la conocí, encontré mi sueño. Había un ilustrador ruso del siglo pasado que nunca pintaba al protagonista, lo ponía de espaldas para que el lector lo imaginara. O sea, que si además de ver las películas de dibujos leyeran… Pero no, están amorrados a la televisión todo el día. Yo recuerdo que cogía libros de la biblioteca de mi padre y no entendía nada, pero lo inventaba a mi modo.

Ana María Matute

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El microrrelato, el cuarto género narrativo

Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo.
Edición de Irene Andres-Suárez

El microrrelato, el cuarto género narrativo

Hace un par de años, la ensayista Irene Andres-Suárez, gran estudiosa del microrrelato, me pidió permiso para publicar algunos textos míos en una antología que vería la luz en la editorial Cátedra. Gracias a otros blogs me enteré, días atrás, de que el libro en cuestión, Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo, ya estaba en la calle. Y ha sido esta misma mañana cuando esta joya literaria ha llegado a mis manos.

Es todo un honor para mí participar en dicha antología con tres microrrelatos: «Luis Alberto», «La web de Marina» y «La verdad sobre La Metamorfosis«. Es un honor por la demostrada calidad y seriedad con la que Andres-Suárez encara todos sus ensayos, y por la suerte de poder acompañar a los mejores autores del género.

Para que el lector puede hacerse una idea de que efectivamente están los mejores autores -ya sabéis: no están todos los que son, pero son todos los que están- y no se trata de un mero ejercicio de autobombo por mi parte, me he tomado la molestia de citarlos uno a uno (espero que alguien me recompense con una botella de mosto tinto bien frío con la que combatir estas calores). Cito siguiendo el orden de publicación en la obra, que incluye, como no podría ser de otra manera, un extenso estudio de Andres-Suárez.

Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo.

Edición de Irene Andres-Suárez

Cátedra, Letras Hispánicas, 2012.

Autores (por orden de aparición): Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, José Moreno Villa, José Bergamín, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Pío Baroja, Tomás Borrás, Ana María Matute, Max Aub, José Antonio Muñoz Rojas, Esteban Padrós de Palacios, Ignacio Aldecoa, José María Sánchez Silva, Alfonso Sastre, González Suárez, Fernando Quiñones, Fernando Arrabal, Antonio Fernández Molina, Álvaro Cunqueiro, Francisco Ayala, Arturo del Hoyo, Antonio Beneyto, Alberto Escudero, Javier Tomeo, Agustín Cerezales, Gustavo Martín Garzo, Juan Eduardo Zúñiga, Pedro Ugarte, Luis Mateo Díez, José Jiménez Lozano, Rafael Pérez Estrada, Julia Otxoa, Ángel Guache, Juan Gracia Armendáriz, Carmela Greciet, José María de Quinto, Hipólito G. Navarro, Juan José Millás, Pablo Antoñana, José María Merino, Alberto Tugues, Luciano G. Egido, Espido Freire, Francisco Rodríguez Criado, Fermín López Costero, Medardo Fraile, Ramón Gil Novales, César Gavela, Andrés Neuman, Carmen Camacho, Óscar Esquivias, Juan Pedro Aparicio, Manuel Moya Escobar, Ángel Olgoso, Miguel Ángel Zapata, David Roas, José Alberto García Avilés, Andrés Ibáñez, Miguel Ángel Hernández-Navarro, Carlos Castán, Manuel Moyano, Federico Fuertes Guzmán, Lara Moreno, Felipe Benítez Reyes, Antonio Reyes Ruiz, Ginés S. Cutillas, Raúl Sánchez Quiles, Antonio Serrano Cueto, Rubén Abella, Carlos Almira, Cristina Grandes y Manuel Espada.

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Cuento breve recomendado: «El niño al que se le murió el amigo»

Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba, y, cuando volvió, le dijo la madre: “el amigo se murió. Niño, no pienses más en él y busca otros para jugar”. El niño se sentó en el qui­cio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. “Él volverá”, pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hoja­lata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no vi­niese a buscarlos