Cuento breve recomendado: «El mar», de Miguel Mihura

 

Miguel Mihura, cuento, el mar
Escritor Miguel Mihura

Miguel Mihura está considerado el más importante creador español del “teatro del absurdo” y de humor del siglo XX, como lo demuestra Tres sombreros de copa, que, aunque estrenada veinte años después de ser escrita, constituyó un sonado acontecimiento por las situaciones absurdas e ilógicas muy en la línea del mejor teatro surrealista europeo. A propósito de esta obra escribió Eugène Ionesco: “El estilo irracional puede desvelar, mucho mejor que el racionalismo formal o la dialéctica automática, las contradicciones del espíritu humano, la estupidez y el absurdo». El humor de Mihura había dado su mejores manifestaciones en las numerosas colaboraciones en revistas humorísticas como La Codorniz, después de la guerra, y de la que recordaba: “La Codorniz nació para tener una actitud sonriente ante la vida; para quitarle importancia a las cosas; para tomarle el pelo a la gente que veía la vida demasiado en serio, para acabar con los cascarrabias; para reírse del tópico y del lugar común; para inventar un mundo nuevo, irreal y fantástico y hacer que la gente olvidase el mundo incómodo y desagradable en que vivía. Para decir a nuestros lectores: No se preocupen ustedes de que el mundo esté hecho un asco. Una serie de tipos de mal humor lo han estropeado con sus críticas, con sus discursos, con sus violencias”.

En otra revista de antes de la guerra civil, Gutiérrez, un semanario humorístico adelantado e innovador en el absurdo y la parodia, publicó el cuento que he seleccionado, uno de los textos que mejor muestra el humor disparatado de su autor. Se trata de una historia escrita supuestamente “para niños” como ya lo indican la palabra “cuentecito” del subtítulo y el vocativo “niñitos mío” del comienzo. Toda la descripción de aquel pueblo sin mar, los pescadores, las tiendas, la playa, la montaña de pinos con la gente debajo comiendo tortilla…, manifiesta la ingenuidad infantil de una pintura naif y la historia que allí se desarrolla -la descabellada búsqueda del mar que no tienen- llega a las cotas más originales del humor del absurdo, basado en la asociación inverosímil o incoherente de elementos, en la exageración y la distorsión de la causalidad lógica,  pero sin perder nunca la candidez y el frescor de un mundo muy simple y tierno, tan caro a Mihura. 

Miguel Díez R.

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