
Este texto lo escribí con motivo del IV Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez, celebrado el 5 de septiembre de 2014 en El Palacio de Carvajal de Cáceres, un acto literario y solidario que año tras año organiza nuestra colaboradora y amiga María Carvajal.
El lema del encuentro de este año ha sido: «Por el fin de los feminicidios en México».
LA VIOLENCIA RECURRENTE
Es sintomático que tres de las mejores series televisivas de todos los tiempos (las he visto en el último año y de ahí que ahora las traiga a colación) hayan conseguido seducir a los espectadores y a los críticos con un tratamiento hiperrealista de la violencia, sin doctrinas, sin mensajes, sin soluciones mágicas. Lo que estas series (The Wire, Los Soprano y Breaking Bad) nos enseñan, o al menos vienen a confirmar, es que la violencia es intrínseca al ser humano y que los victimarios que la ejercen con nocturnidad y alevosía –unas veces por alienante necesidad y otras por malvado capricho–, antes o después acaban siendo también sus víctimas. Pero, ojo, mientras tanto viven en aparente normalidad, exentos en la mayoría de los casos de dudas éticas, más volcados en lo que ganan (dinero y poder) que en lo que pierden (humanidad y en muchos casos sus propias vidas).