Charles Bukowski, un escritor visceral
Por Ernesto Bustos Garrido
A Henry Charles Bukowski (Heinrich Karl Bukowski), nacido en Andernach, Renania-Palatinado, Alemania, el 16 de agosto de 1920 y fallecido en Los Ángeles, California, Estados Unidos, 9 de marzo de 1994, le han llamado de todo: escritor maldito, escritor sucio, enfermo, degenerado, puto, esperpento. El narrador peruano Julio Ribeyro lo ha nombrado como un escritor visceral; esto es más justo y más cercano a la verdad. Dice que el autor de La máquina de follar y Mujeres escribía desde las tripas, y Ribeyro se preguntaba por qué en Perú y en otras latitudes no surgían autores de esa calaña. “Casi todos los que hay o que aparecen –sostiene Ribeyro–, son muy buenos escritores, responden a la academia y conocen las reglas y los códigos del buen contar”.
Hay bastante razón en estas palabras. Charles Bukowski cuando escribía no se parecía a nadie. No tuvo referentes y si los tuvo, uno de ellos fue Hemingway, a quien admiraba por la fuerza y la solidez de sus oraciones. “Bukowski –apunta finalmente Ribeyro–, logró crear un estilo peculiar, un estilo “bukowskiano” y ha quedado así en la historia de las letras. Veamos un ejemplo.