
DOS MICRORRELATOS DE Víctor Jiménez Andrada
INTERPRETACIÓN DE LAS LUCIÉRNAGAS
Habían discutido de nuevo. La soledad de la habitación le agobiaba a pesar de la presencia de su mujer. El silencio era la peor tortura. Salió al balcón y encendió un cigarrillo. La noche era oscura y tan solo un puñado de farolas en la calle quebraba levemente la penumbra. Pronto los fue intuyendo en cada ventana. Hombres que, como él, habían salido a fumar. Hombres que habían alcanzado el mismo punto en el espacio por caminos muy diferentes. ¿Cuántos estarían echando un pitillo después de hacer el amor? El pensamiento le dolió, sin embargo, se sintió acompañado.