
Cuento de David W. Martínez: Con la cruz a cuestas
Haciendo la señal de la santa cruz sobre la cabeza del muchacho, doña María, entristecida por lo sucedido a Juan Carlos, su hijo mayor, le bendice y despide. Él, campesino, de oficio jornalero, enfermo, y abatido parte de su rancho, cargando como posesión personal una botella de plástico llena de agua, pantalón roto, camisa desaliñada, y los zapatos, por el uso que les da, los tiene tan desgastados que las suelas presentan agujeros. Junto a su madre y seis hermanos menores, Juan Carlos vive en un rancho escondido de la civilización moderna. Caminará ocho kilómetros, desde la Cooperativa Los Horcones, lugar de donde procede hasta el caserío San Simón, esperando llegar a tiempo a donde el promotor de salud para ser tratado de una infección bacteriana de su pierna derecha. La enfermedad se le desarrolló de una herida que se hizo con el machete al cortar caña de azúcar.