Por decirlo en corto: que la escritura de microrrelatos sea una actividad de moda en los últimos años se debe en gran medida a la creencia (consciente o inconsciente) de que se trata de un género asequible, fácil. Pero si aceptamos -y yo lo acepto con muchas reservas- que un buen microrrelato lo escribe casi cualquiera, habrá que aceptar también que un buen libro de microrrelatos no está al alcance de casi nadie, sobre todo si quienes lo cultivan no le rinden el debido respeto. Frente a tanta ligereza y tanta molicie, opino que sin una formación literaria consolidada -que no se alcanza en cuatro o cinco tardes- es difícil domesticar este género, como difícil es domesticar cualquier otro…
Editorial Berenice
Los periodos cortos del cuento
Escritor estadounidense William Faulkner. Fuente de la imagen
Leyendo un tip de Guillermo Samperio para nuevos cuentistas del siglo XXI me ha venido a la mente -ahí es nada- la figura de Jesucristo, cuya adolescencia y juventud no vienen narradas en los Evangelios canónicos. ¿Hemos de pensar, haciendo buena la máxima de Samperio, que los evangelistas consideraron esa etapa narrativamente innecesaria? Mientras tanto, los biblistas y algunos aficionados a la especulación no dejan de darle vueltas al asunto…
En fin, esta es la cita de Samperio que puso en marcha mis pensamientos.