El pujolismo extremo

Dicen que los extremos se tocan, y debe de ser verdad, porque resulta que la honorabilidad y la corrupción extremas se dan la mano. Jordi Pujol ha dejado de ser un Honorable, en mayúsculas, para convertirse en un Corrupto mayúsculo, algo que se sabía desde hace mucho, por no decir desde siempre. Pujol ha reconocido haber evadido impuestos durante décadas, pero hay mucho más. Su confesión es solo la punta del iceberg, una pequeña muestra de las malas artes que alimentaron el enriquecimiento ilícito y hasta ahora impune de una familia ávida de dinero y poder.