Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega al tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.
E.H.
Este relato responde en la realidad a la relación amorosa que Hemingwuay tuvo con la enfermera norteamericana Agnes von Kurowsky, a la que conoció mientras se recuperaba por lesiones en las piernas en el hospital de Milán, lesiones sufridas en el frente italiano durante la Primera Guerra Mundial.
M.D.R.