
Relato corto de Flannery O’Connor: El tren
De tanto pensar en el camarero casi se había olvidado de la litera. Le tocaba una de arriba. El hombre de la estación había dicho que podía darle una de las de abajo y Haze le había preguntado si no tenía de las de arriba. Al acomodarse en el asiento, Haze se había fijado en que, encima de su cabeza, el techo era redondeado. Ahí estaba la litera. Bajaban el techo y ahí estaba, y para subirte tenías que usar una escalera. No había visto ninguna escalera por ahí; supuso que las guardarían en el armario. El armario estaba justo por donde se entraba. Cuando se subió al tren había visto al camarero de pie, delante del armario, poniéndose la chaqueta del uniforme. Haze se había parado justo en ese instante, justo donde estaba.