Cuento breve recomendado: «El canalón», de Heinrich Böll

 

Heinrich Böll, cuento, canalón
Estatua de Heinrich Böll. Fuente de la imagen

 

Las doctrinas políticas, la religión, la opinión pública, las reglas externas de moralidad, se transforman en manos de la masa en armas que destruyen a las criaturas sencillas. Böll aboga por la solidaridad entre los seres humanos, por la autenticidad de las relaciones más allá de toda norma positiva. Así entiende él la religión católica que profesa, cosa que no le impide criticar lo que de excluyente puedan tener determinadas actitudes de los católicos. Pero la denuncia que plantea alcanza también a toda una sociedad cómplice del nazismo que se oculta vergonzosamente tras aparatosas manifestaciones de civismo. Un mundo obsesionado por el poder, la eficacia o el dinero, que olvida los aspectos verdaderamente esenciales del ser humano.

Fuente: Biografías y vidas

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Cuento de Heinrich Böll: La amada no enumerada

Ellos han remendado mis piernas y me han dado un puesto en que puedo estar sentado: cuento las gentes que pasan por el nuevo puente. Les da gusto atestiguar con número su habilidad, se embriagan con esa nada sin sentido de un par de cifras, y todo el día, todo el día, marcha mi boca muda como la maquinaria de un reloj, amontonando cifras sobre cifras, para regalarles por la noche el triunfo de un número. Sus rostros resplandecen cuando les comunico el resultado de mi turno de trabajo; cuanto más alto es el número, tanto más resplandecen sus rostros y tienen motivo para acostarse satisfechos en la cama, pues muchos miles pasan diariamente por su nuevo puente… Pero sus estadísticas no están bien. Me da mucha pena, pero no están bien. Soy un hombre en quien no se puede confiar, aunque entiendo que despierto la impresión de lealtad.

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Cuento breve recomendado: «El reidor», de Heinrich Böll

Heinrich Böll (1917-1996). Fuente de la imagen

 

«Hay profesiones muy extrañas como, por ejemplo, la de reidor. Así lo confiesa el narrador-protagonista de este curioso cuento del Premio Nobel alemán Heinrich Böll. Sin embargo, a nuestro hombre le resulta enojoso tener que dar tantas explicaciones sobre su profesión cuando alguien le pregunta por ella, y más siendo como es él un excelente profesional en lo suyo, de amplios conocimientos y con un dominio total de todo tipo de risas y sus variados registros».

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