
Qué duda cabe: la literatura es una red de vasos comunicantes. Este poema, «Relato de madrugada», lo prueba una vez más. El poema, de Joan Margarit, incluido en Misteriosamente feliz (Visor, Madrid, 2009), está inspirado en el famoso relato «Tristeza», de Anton Chéjov, en el que el cochero de carruaje en una ciudad rusa nevada (¿Moscú?, ¿San Petersburgo?) le cuenta a sus clientes que su hijo ha fallecido recientemente. Los clientes, insensibles al drama, lejos de concederle al cochero el consuelo que les demanda, se ríen de él…