La flexibilidad fugaz de los peces, las manos del Belga | José Luis Ibáñez Salas
La elegía al guardameta de Miguel Hernández. El de las elegías memorables. Aquel que viera el año de la República, la Segunda, en una estirada un estigma que cruza el horizonte con la flexibilidad fugaz de los peces. Dice otro poeta, Luis García Montero, que “los futbolistas sueñan con los pies y los poetas corren con la cabeza”. Los pies de Dios. La cabeza del Diablo y el Amor.